Calzado cómodo para la vuelta a la rutina

Una vez estrenado el nuevo año, toca volver a la rutina diaria. En ese sentido, sobre todo para quienes pasan muchas horas de pie en el trabajo, saber elegir un calzado cómodo es primordial para poder mantener una buena salud de los pies.

Sin embargo, a la hora de comprar zapatos, lo cierto es que muchas veces tienden a prevalecer los criterios estéticos y sociales respecto a los funcionales.

Como consecuencia, se opta por un calzado que no respeta la morfología de los pies ni sus necesidades mecánicas, pudiendo causar molestias y heridas e incluso problemas de salud graves.

Por este motivo, saber cómo elegir unos zapatos cómodos es imprescindible para poder prevenir algunas de las principales lesiones y enfermedades de los pies.

Consejos para elegir un buen calzado

A la hora de adquirir un par de zapatos, es importante tener en cuenta las particularidades de cada persona y el uso que se le vaya a dar. Es decir, el calzado deberá ser diferente según la edad, la actividad que se realice o las condiciones de salud, entre otros factores.

Aún así, existen ciertos criterios básicos que conviene tener siempre en cuenta para poder elegir unos zapatos adecuados. 

• Utilizar calzado cómodo. A la hora de calzarlos, se deben sentir los zapatos cómodos desde el primer día. Así pues, no se debería comprar calzado estrecho o demasiado rígido con la esperanza de que ceda con el uso. De hecho, hay que recordar que la principal causa de la aparición de callosidades es el uso de calzado inadecuado, como consecuencia de la presión desmesurada y continuada sobre una zona concreta del pie. Del mismo modo, el contacto excesivo de los dedos con el zapato puede provocar la fragilidad de las uñas.

• Evitar ciertos tipos de zapatos. El calzado con una puntera excesivamente estrecha o con tacones muy altos está contraindicado por no respetar ni la morfología ni la función mecánica de los pies.

Un buen zapato debe sentirse cómodo desde el primer día, ser suficientemente ancho y tener un tacón menor a los tres centímetros. 

• Alternar el calzado. Conviene no utilizar siempre el mismo par de zapatos para que estos puedan ventilarse. 

• Probar siempre los dos pies. Es normal tener un pie un poco más largo que el otro. Por este motivo, siempre hay que probarse ambos zapatos antes de adquirirlos. También, es preferible comprar el calzado por la tarde, ya que a lo largo del día el pie se suele hinchar. 

• Priorizar la salud de los pies a la estética. A pesar de haberse convertido en un importante elemento de moda, no hay que olvidar que los zapatos deberían respetar siempre la fisiología de los pies.
  En ese sentido, son sobre todo las mujeres quienes tienden a utilizar un calzado inadecuado y a anteponer la estética a la salud de los pies.
  
  No obstante, cabe señalar que llevar tacones estrechos que son inestables, así como permanecer durante horas de pie con chanclas o bailarinas son causa frecuente de deformaciones de la rodilla. Por ello, las mujeres deberían evitar los tacones que superen los tres centímetros de altura y sean excesivamente finos y optar por aquellos más anchos, aproximadamente de la misma medida que el talón. Asimismo, tampoco son recomendables los zapatos completamente planos.
  
  En el caso de las mujeres, elegir unos zapatos cómodos es fundamental en etapas como el embarazo o si se sufre de ciertas patologías como, por ejemplo, osteoporosis. De lo contrario, las consecuencias del uso de un calzado inadecuado podrían agravarse.

• Usar un calzado específico para cada necesidad. Los niños, las personas diabéticas o los deportistas deben tener en cuenta unas consideraciones especiales a la hora de elegir un calzado adecuado.

• Zapatos para niños. Cuando los niños empiezan a caminar es aconsejable que lo hagan descalzos, ya que de este modo el pie podrá crecer con normalidad y el pequeño podrá desarrollar adecuadamente todos sus músculos y fuerza.
  No obstante, a medida que estos van perfeccionando el movimiento y aumentan su actividad, se hace preciso el uso de unos zapatos que se adapten a sus necesidades.
  
  Así pues, a la hora de elegir un buen calzado infantil, hay que asegurarse de que este sea de suela flexible, preferiblemente de caucho o cuero y que tenga una horma espaciosa para permitir la libertad de movimiento de los dedos. Por el contrario, no debería llevar ningún tipo de cuña. Asimismo, no es recomendable aprovechar el calzado de hermanos u otros niños, ya que cada pie es diferente.

• Zapatos para personas con diabetes. Debido a las particularidades de esta enfermedad, las personas diabéticas deben tener un especial cuidado de los pies. De hecho, cabe recordar que una de las complicaciones más habituales de la diabetes es el desarrollo del pie diabético, que se caracteriza por un mayor riesgo de sufrir heridas y úlceras en las extremidades inferiores.
  Por esta razón, los zapatos para personas diabéticas deberían ser de piel, anchos, ligeros, con cordones y con un tacón de 2-4cm. 

• Zapatillas deportivas. La elección de un calzado deportivo adecuado y específico para la actividad física que se realice es fundamental para evitar lesiones del pie o el tobillo.
  En ese sentido, por ejemplo, hay que tener en cuenta que las mejores zapatillas para correr no serán las más óptimas para jugar a tenis, y viceversa. Esto es así porque el corredor necesitará un calzado que absorba el impacto, mientras que el tenista requerirá de unas zapatillas que estén diseñadas para permitir paradas y giros bruscos.
  Por esta misma razón, se desaconseja utilizar el calzado deportivo para otras actividades.
  
  Otro factor clave a tener en cuenta a la hora de elegir unas zapatillas adecuadas es que estas se ajusten bien al pie para poder prevenir las rozaduras en el deporte.