El mal olor de pies es una preocupación frecuente con la llegada del verano. Las altas temperaturas y la humedad ambiental favorecen la sudoración y, en consecuencia, esta parte del cuerpo puede desprender un olor muy desagradable.
Así pues, ante la pregunta a qué se debe el mal olor en los pies, la respuesta suele ser el sudor. No obstante, cabe decir que la sudoración por sí misma es inodora. El hedor aparece cuando esta secreción corporal es descompuesta por la acción de ciertas bacterias y levaduras que habitan en la piel, quienes producen unos compuestos muy malolientes.
Si bien el sudor en los pies es normal (es una zona con más de 250.000 glándulas sudoríparas), hay personas que sufren de una sudoración excesiva en esta parte del cuerpo. Es lo que se conoce como hiperhidrosis plantar.
Esto se debe sobre todo a la maceración cutánea provocada por la sudoración, que a su vez contribuye a la aparición de afecciones secundarias que agravan el problema. Entre ellas, las infecciones por bacterias y hongos (una de las más frecuentes es la conocida como pie de atleta), reacciones cutáneas como la dermatitis y la bromhidrosis (olor corporal exagerado y anormal).
El sudor suele ser la principal causa de la aparición de mal olor de pies. Pero las infecciones cutáneas, los cambios hormonales o un calzado inadecuado también puede provocarlo.
Otras causas del mal olor en los pies pueden ser de tipo hormonal. En la pubertad, los cambios hormonales dan lugar a desechos que se eliminan por varias vías. Entre ellas, las glándulas sudoríparas de los pies. Por su parte, el estrés también favorece la secreción de hormonas que estimulan la sudoración.
Paralelamente, existen enfermedades que causan mal olor corporal. Es el caso de la diabetes y ciertos trastornos hepáticos, renales, tiroideos y de las glándulas suprarrenales.
Asimismo, el consumo de ciertos alimentos y especias (por ejemplo, la cebolla, el ajo, el curri, el comino y la cúrcuma), tóxicos (tabaco y alcohol) y medicamentos (antibióticos, ansiolíticos y cortisona, entre otros) pueden estar detrás del mal olor de pies.
Finalmente, este problema puede estar causado por una higiene inadecuada y el uso de calcetines y zapatos que no favorecen la transpiración.
Existen diferentes medidas para prevenir y combatir el mal olor de los pies. Sin embargo, se requiere de constancia para que estas puedan ser efectivas.
1. Lavarse los pies a diario. La primera recomendación para evitar y quitar el mal olor de los pies es su higiene diaria. Hay que lavarlos de forma minuciosa cada día con agua templada y con un jabón no demasiado deslipidificante, pero sí ligeramente antiséptico y desodorante.
Tras el lavado se deben secar bien los pies, prestando especial atención a las zonas interdigitales y los pliegues de la zona plantar de los dedos. De lo contrario, el exceso de humedad favorecerá la maceración de la piel y el riesgo de las afecciones asociadas.
2. Aplicar productos de tratamiento para el mal olor en los pies. Se aconseja completar el lavado de los pies con la aplicación de algún producto de acción desodorante, absorbente y/o antitranspirante. Sobre todo, en caso de sudoración excesiva.
El spray antitranspirante para pies es una de las presentaciones más habituales en este tipo de productos, pero también pueden encontrarse en otros formatos como polvos, roll-on o toallitas.
En su gran mayoría contienen clorhidrato de aluminio (una sustancia del grupo de las sales de aluminio), ya que ha demostrado ser muy eficaz para controlar el sudor excesivo en los pies.
Cualquiera de estos productos para el mal olor debe aplicarse mediante un ligero masaje sobre el dorso y la planta del pie, evitando las zonas interdigitales.
En el caso de las personas con hiperhidrosis plantar, no se recomienda el uso de cremas para los pies.
3. Usar calcetines transpirables. Se deben utilizar preferiblemente calcetines y medias confeccionados a partir de fibras naturales como el algodón o el bambú. Estos tejidos permiten la adecuada transpiración del pie y consiguen absorber el sudor.
Esto es especialmente importante en caso de tener alguna afección podológica, al practicar deporte o si se tiene que trabajar con un calzado muy oclusivo.
En la medida de lo posible, es conveniente cambiar los calcetines cada vez que se experimenta sudoración en los pies.
4. Elegir bien los zapatos. El calzado elaborado con materiales sintéticos eleva la temperatura y la humedad en el interior del zapato y de la propia piel. Como consecuencia, se favorece la proliferación de los microorganismos responsables del mal olor de pies.
Así pues, se debería optar por zapatos elaborados con materiales naturales como la piel. Al mismo tiempo, debe ser un calzado cómodo y adecuado a la actividad que se va a realizar con él.
Otra recomendación es esperar a que el calzado esté totalmente seco antes de volverlo a usar.
Para evitar que el mal olor de pies impregne los zapatos, también se recomienda dejarlos ventilar al aire libre durante un tiempo.
Actualmente existen diferentes productos astringentes y antimicrobianos que pueden ser de gran ayuda para controlar el sudor y evitar el mal olor en los pies y los zapatos. Uno de los más efectivos son las plantillas impregnadas de carbón activo natural.
El uso de estas plantillas para el olor de pies es especialmente recomendable en aquellos calzados poco transpirables o que tengan una composición sintética.
Siempre que el clima lo permita, el uso de zapatos abiertos ayudará también a prevenir el mal olor en los pies.
5. Acudir al especialista. En la gran mayoría de los casos, el mal olor de pies mejora y se controla con una higiene adecuada, la aplicación de productos desodorantes, astringentes y/o antitranspirantes y el uso de calcetines y zapatos transpirables.
Sin embargo, en caso de hiperhidrosis plantar moderada o grave, puede ser necesario algún otro tratamiento para el mal olor en los pies y el sudor excesivo que lo provoca. Concretamente, la aplicación de fórmulas a base de cloruro de aluminio, el uso de toxina botulínica intradérmica o subcutánea, la iontoforesis, tratamientos sistémicos (anticolinérgicos, oxibutina, tolterodina, betabloqueantes y benzodiacepinas) e incluso cirugía.
Por ello en caso de exceso de sudor y mal olor en los pies (bromhidrosis plantar) que no mejora con las medidas de higiene y cuidado adecuadas hay que acudir al podólogo o al dermatólogo.
Asimismo, cabe recordar que el mal olor de pies y corporal puede ser síntoma de diferentes enfermedades. De este modo, si no remite con estas pautas o hay otras molestias se debe consultar siempre con un especialista.
Finalmente, hay que tener precaución con los remedios caseros para el mal olor de pies, ya que algunos de ellos podrían provocar lesiones e irritar la piel de los pies. Por ejemplo, espolvorear bicarbonato en los zapatos o colocarles bolsitas de gel de sílice.
Autor: Laboratorios Viñas, departamento científico.
Bonet, R. et Garrote, A. Cuidado de los pies [en línea]. Farmacia Profesional, 2017. < https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-cuidado-pies-X0213932417614178>
Torrente, C. Mal olor de pies: distintas formas de acabar con él [en línea]. Diario Médico, 2019. <https://www.diariomedico.com/farmacia/autocuidado/mal-olor-de-pies-distintas-formas-de-acabar-con-el.html>
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