Cuidados de la piel en las personas mayores

1 octubre 2021 | Cuidado de la piel

Cuidados de la piel en las personas mayores

La piel sufre cambios profundos debidos al envejecimiento. Por eso, los cuidados de la piel en el anciano deben ir dirigidos a prevenir y mitigar los efectos del paso del tiempo en este órgano.

Uno de los primeros cambios en la piel debido al cronoenvejecimiento es que la capa externa de la piel (epidermis) se adelgaza. 

Paralelamente, el estrato córneo, la capa más superficial de la epidermis, pierde su capacidad de retener agua y la barrera de defensa de la piel se hace deficiente.

Por su parte, la cantidad de células que contienen pigmento (melanocitos) disminuye y las que quedan aumentan de tamaño.

El tejido conectivo también sufre cambios, reduciendo la resistencia y la elasticidad de la piel, y los vasos sanguíneos de la dermis (la capa cutánea intermedia) se vuelven más frágiles.

Otras glándulas cuya actividad se ve afectada por el envejecimiento son las glándulas sebáceas y sudoríparas. Como consecuencia, con el paso de los años la piel produce menos sebo y sudor.

Finalmente, la capa de grasa subcutánea también se adelgaza, por lo que tiene menos aislamiento y amortiguación.

La piel en las personas mayores es más frágil y propensa a sufrir afecciones dermatológicas.

El resultado es una piel atrófica con arrugas y surcos profundos, sequedad (xerosis), pérdida de elasticidad y flacidez que se hace ostensible en la cara, el cuello, las extremidades y el tronco. Es también una piel más susceptible a sufrir daños y presentar hematomas.

Aunque el efecto del paso del tiempo sobre la piel es inevitable, la magnitud de estos cambios variará en cada persona.

Los factores genéticos son un factor determinante, pero también juegan un papel clave los cuidados de la piel, el estilo de vida, la exposición al sol, el clima, la contaminación atmosférica, el tabaco, el consumo de alcohol, el estrés, la falta de sueño y una alimentación desequilibrada y pobre en proteínas, antioxidantes y ácidos grasos esenciales.

En el caso de las mujeres, además, el envejecimiento de la piel se acelera con la llegada de la menopausia por la deficiencia de estrógenos.

Principales afecciones en la piel del adulto mayor

Las características propias de la piel del anciano hacen que sea más propensa a sufrir diferentes afecciones dermatológicas.

Piel seca y picor. La piel seca generalizada o difusa afecta al 75% de las personas mayores de 75 años, siendo la principal causa de picor o prurito. 

La sequedad y prurito suele apreciarse en primer lugar en las extremidades inferiores, pudiéndose extender por el resto de la superficie corporal.

Es frecuente que el picor empeore por la noche, después de baños calientes, por cambios de temperatura, por la disminución de la humedad ambiental o por el uso de jabones muy detergentes.

También es común que se agrave la piel seca con el frío y mejore en verano.

Púrpura senil. Los hematomas en la piel en ancianos suelen deberse a la púrpura senil o púrpura traumática. Se trata de una condición común y benigna que afecta principalmente a las extremidades.

Se presentan como hematomas o ‘moratones’ tras traumatismos mínimos que con frecuencia pasan inadvertidos.

Eccema por estasis. La dermatitis o eccema por estasis es la inflamación de la piel de los miembros inferiores debido a la insuficiencia venosa en las extremidades inferiores.

Los síntomas son picor, descamación, hiperpigmentación y, en ocasiones, ulceraciones. También puede manifestarse con el engrosamiento de la piel.

El eccema por estasis o gravitacional afecta aproximadamente al 10% de los adultos mayores.

Úlceras por presión. Las propias características de la piel senil hacen que la población de la tercera edad sea más propensa a sufrir úlceras por presión. De hecho, el 70% de estas lesiones se presentan en personas mayores de 70 años.

Además, la disminución en la movilidad, ciertas enfermedades, las alteraciones en la sensibilidad y la malnutrición que pueden presentarse en esta etapa incrementan el riesgo de sufrir estas lesiones.

Las úlceras por presión suelen aparecer en la mitad inferior del cuerpo.

Liquen escleroso. Este trastorno provoca la aparición de manchas blancas en la piel y que esta se muestre más delgada de lo normal. Afecta principalmente a la zona de los genitales y el ano.

Cuando afecta el glande, se le conoce como balanitis xerótica obliterans, mientras que si se presenta a la vulva se le denomina craurosis vulvar.

Las mujeres tienen un riesgo 10 veces mayor que los hombres a presentarlo. 

Tumores benignos. Los tumores cutáneos benignos aumentan considerablemente con la edad, lo que se debe fundamentalmente a las alteraciones estructurales y funcionales de los queratinocitos (células de la piel), al envejecimiento biológico y a la acción nociva de la radiación ultravioleta.

Fotoenvejecimiento. La exposición solar crónica ocasiona la atrofia de las zonas expuestas. Como consecuencia, las manchas en la piel en la tercera edad son comunes, así como las arrugas profundas y la pérdida de elasticidad. 

El tabaquismo está asociado a un fotoenvejecimiento prematuro, en particular en las mujeres.

Una de las principales manchas en la piel en ancianos son los llamados lentigos solares. Estos se presentan como lesiones hiperpigmentadas de color café claro u oscuro y mal delimitadas.

Queratosis actínica. Se trata de manchas ásperas y escamosas, mal definidas, que se presentan sobre la piel fotodañada. Suelen aparecer en la cara, los labios, las orejas, los antebrazos, el cuero cabelludo, el cuello o el dorso de las manos.

Aunque se desarrollan lentamente, son lesiones precancerosas, por lo que deben tratarse preventivamente.

Cáncer de piel. La exposición al sol acumulada hace que el riesgo de cáncer de piel incremente con la edad.

El cáncer de piel más frecuente en ancianos es el carcinoma basocelular, con un pico de presentación después de los 70 años.

Sus manifestaciones clínicas pueden ser muy variadas, pero suele aparecer en la forma de un bulto ligeramente transparente en la piel. 

El carcinoma epidermoide es el segundo cáncer de piel más frecuente en la tercera edad.

También puede presentarse en diferentes formas, aunque la mayoría lo hace con la aparición de un nódulo rojo y firme, o bien de una llaga o lesión ulcerosa.

Finalmente, el melanoma es el cáncer de piel menos común. Sin embargo, tiene un comportamiento agresivo con alto potencial de provocar metástasis.

Los primeros síntomas de melanoma suelen ser un cambio en un lunar existente o la formación de un nuevo bulto pigmentado o de aspecto inusual en la piel.

Cómo cuidar la piel en el anciano

Los cuidados y tratamientos de la piel senil van dirigidos a mejorar los signos del envejecimiento cutáneo y a tratar las diferentes patologías que puedan surgir.

Aun así, hay que recordar que el mejor cuidado de la piel en el anciano empieza muchos años antes con hábitos que minimicen y retrasen lo máximo posible las manifestaciones del paso del tiempo.

Limpieza suave. La higiene de la piel debe realizarse con jabones poco detergentes, preferiblemente oleosos o de tipo syndet. Hay que evitar también los baños largos y con agua muy caliente, las esponjas y frotar la piel con la toalla para secarse.

Hidratación y reparación de la pielSe deben utilizar cremas emolientes que mantengan e incrementen el grado de hidratación de la epidermis, frenen la pérdida de agua y restauren la película hidrolipídica del estrato córneo.

Es importante aplicar dichas cremas al menos dos veces al día y una de ellas, preferiblemente después del aseo con la piel aún ligeramente húmeda.

Ingredientes como la urea, el ácido láctico, el ácido hialurónico y el escualano ayudan a conseguir una piel más hidratada y elástica, aliviar el picor y mejorar la barrera cutánea.  

Ambiente húmedo. Hay que evitar, en la medida de los posible, los ambientes demasiado secos por la calefacción o el aire acondicionado. Es importante mantener los espacios ventilados y, si es necesario, utilizar humidificadores.

Protección solar. Exponerse al sol es una necesidad en las personas de la tercera edad para el correcto funcionamiento del organismo. Una exposición moderada a la radiación solar les aporta múltiples beneficios, tanto a su actividad fisiológica como a su actividad mental.

No obstante, también deben protegerse del sol, evitando las horas centrales del día y pasar demasiado tiempo al exterior sin medidas de protección. 

En ese sentido, los protectores solares previenen el daño solar crónico y la aparición de fotoenvejecimiento, queratosis actínicas y cáncer de piel. 

Asimismo, los protectores solares deben ir acompañados de medidas de protección físicas como son el uso de gorras o sombreros, gafas de sol y ropa protectora.

Cuidados cosméticos para piel madura. La aparición de arrugas, flacidez y manchas en piel en ancianos responde a un proceso natural.

Sin embargo, suele causar una gran preocupación cuando estas comienzan a aparecer al ser un signo claro de envejecimiento.

Saber cómo cuidar la piel madura resulta clave para mitigar los efectos del paso del tiempo y retardar su progresión.

Estilo de vida saludable. Realizar actividad física adaptada a la condición física de cada persona, llevar una alimentación equilibrada rica en antioxidantes y ácidos grasos esenciales, evitar las situaciones de estrés y cuidar el descanso favorece la salud de la piel senil.

Abandono del tabaco y el alcohol. El tabaquismo y el consumo de alcohol provocan la degradación de las fibras elásticas de la piel y la disminución de la síntesis de colágeno.

Revisiones dermatológicas frecuentes. Es fundamental acudir al dermatólogo para revisiones periódicas de la piel y siempre que aparezca una nueva lesión o molestia.

Las características de la piel senil la hacen más propensa a afecciones dermatológicas que pueden agravarse rápidamente y complicar su curación.

 

Autor: Laboratorios Viñas, departamento científico.

Bibliografía

Redacción. Cambios en la piel por el envejecimiento [en línea]. MedlinePlus. Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, 2020. <https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/004014.htm>

Redacción. Principales alteraciones fisiopatológicas y dermatosis más comunes en el viejo [en línea]. Revista de la Facultad de Medicina, 2014. <http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0026-17422014000600048>

López, F. La piel del anciano [en línea]. Curso Atención Farmacéutica en Dermatología, 2011. <https://www.elfarmaceutico.es/uploads/s1/14/13/ef463-curso.pdf>

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