¿Qué causa el dolor en los dientes?

El dolor dental u odontalgia es la afección más frecuente de la cavidad bucal y el principal motivo de visita odontológica. Aunque las caries son la principal causa del dolor en los dientes, es un síntoma común en diferentes procesos patológicos de las piezas dentales y los tejidos periodontales.

La odontalgia suele caracterizarse por un dolor intenso en uno o más dientes que aparece de forma espontánea o bien ante factores desencadenantes tales como el consumo de bebidas y alimentos fríos, calientes, ácidos o dulces, la masticación o el cepillado.

Sin embargo, puede ir acompañada de síntomas más específicos que pueden hacer sospechar de la causa del dolor en los dientes.

Esto es especialmente importante porque, en muchas ocasiones, la primera consulta acerca de esta dolencia tiene lugar en la farmacia. De ahí que sea clave conocer cómo actuar ante el dolor dental.

En la gran mayoría de casos, el dolor en los dientes precisa de un tratamiento odontológico. Por tanto, el abordaje desde la oficina de farmacia debe ir enfocado a aliviar el dolor hasta que se pueda acudir al odontólogo.   

Aun así, es fundamental saber que, en algunas ocasiones, esta dolencia puede ser síntoma de una emergencia vital en la que hay que acudir inmediatamente a un centro hospitalario.

Las principales causas del dolor en los dientes  

Las caries son la causa de dolor dental más común. Sin embargo, existen diferentes afecciones bucodentales que pueden provocar esta dolencia.

- Caries. Las caries se caracterizan por la aparición de pequeñas fisuras u orificios en los dientes como consecuencia de la placa dental.

Si no se tratan, la infección avanza hacia el interior del diente (pulpa), que contiene nervios y vasos sanguíneos. Como no hay espacio para que la inflamación se expanda en el interior del diente, los nervios se oprimen y aparece el dolor dental.

La particularidad del dolor de dientes por caries es que suele ser especialmente intenso por la noche y manifestarse ante un estímulo frío, caliente, ácido o dulce.

Las caries dentales son tan frecuentes que a veces se les resta importancia. Sin embargo, pueden provocar complicaciones y deben ser valoradas siempre por un odontólogo. 

- Enfermedades de las encías. En ocasiones, el dolor en los dientes no tiene su origen en la pieza dental en sí, sino en los tejidos blandos que la rodean.

Esto puede suceder cuando hay una enfermedad periodontal como la gingivitis (inflamación de las encías) o la periodontitis (inflamación y/o destrucción de las diferentes estructuras que actúan como soporte de los dientes).

En este caso, el dolor de dientes suele ser intenso sobre todo al masticar o entrar en contacto los dientes al cerrar la boca.

También suele ir acompañado de otros síntomas como encías rojas, inflamadas, sensibles, retraídas y/o que sangran fácilmente, piezas dentales flojas o que se mueven, mal aliento y la presencia de pus entre los dientes.

Cabe recordar que la periodontitis puede llegar a causar la pérdida de dientes. Además, las bacterias que la provocan pueden entrar en el torrente sanguíneo a través del tejido de las encías y afectar otras partes del cuerpo. 

En ese sentido, se ha relacionado la periodontitis con las enfermedades respiratorias, la artritis reumatoide , la enfermedad de las arterias coronarias (EAC) y los problemas de control de la glucosa sanguínea en la diabetes.

-  Hipersensibilidad dental. Los dientes sensibles pueden causar un dolor dental agudo y temporal al cepillarse los dientes o comer y beber.

La sensibilidad dental puede tener un origen diverso, como por ejemplo, el desgaste del esmalte dental, la exposición de las raíces de los dientes, una caries, un diente agrietado o astillado, un empaste desgastado o una enfermedad de las encías.

Por este motivo, siempre hay que consultar al odontólogo ante la sensación de dientes sensibles.

 La caries, las enfermedades de las encías, los dientes sensibles, las fracturas o el bruxismo son las principales causas de dolor dental.

- Fractura dental. Un traumatismo fuerte e incluso el bruxismo puede provocar que se rompa un diente.

De ser así, puede aparecer un dolor dental agudo al morder, comer y beber, sobre todo algo frío o caliente. También puede existir sensibilidad al tacto.

 - Bruxismo. El hábito de rechinar o apretar los dientes puede hacer que estos se aplanen, se partan o se fracturen, además de desgastar el esmalte y provocar sensibilidad dental. 

Todo ello hace que bruxismo y dolor dental puedan estar directamente relacionados.  

- Erupción dental. A veces el dolor en los dientes puede ser de tipo fisiológico y estar vinculado al crecimiento y desarrollo orgánico.

La más habitual es el dolor de dientes en bebés al salir los llamados popularmente como ‘dientes de leche’. Aunque la intensidad de esta dolencia puede ser más o menos aguda en función del niño, conviene conocer cómo aliviar las molestias de los primeros dientes.

También pueden producirse ajustes de la dentadura durante la adolescencia que causen dolor dental.

Igualmente, la erupción de las muelas del juicio (pericoronaritis del cordial) puede provocar odontalgia, sobre todo cuando estas no tienen espacio suficiente para emerger y desarrollarse normalmente. 

En este caso, el dolor dental suele ir acompañado de encías rojas e inflamadas, hinchazón en la zona de la mandíbula, un sabor desagradable en la boca y/o mal aliento.   

 - Procedimientos odontológicos. El dolor en los dientes es muy habitual después de cualquier intervención de cirugía dental e implantología.

El dolor más intenso se produce durante las primeras 24-72 horas, es de carácter localizado y disminuye después paulatinamente. Si a partir del tercer día persiste o aumenta, puede indicar un proceso infeccioso sobreañadido 

En este tipo de intervenciones se suele pautar tratamiento analgésico de forma preventiva, antes de que desaparezca el efecto de la anestesia. 

También los tratamientos de ortodoncia pueden causar un dolor en los dientes temporal, así como las dentaduras postizas.

- Absceso dental. Un absceso dental es la acumulación de pus causada por una infección bacteriana.

Cuando este se produce en la punta de la raíz del diente (la parte que ancla el diente en su cavidad ósea) se conoce como absceso periapical, mientras que se les llama abscesos gingivales o periodontales cuando tienen lugar en las encías o los diferentes tejidos periodontales, respectivamente.

En general, los abscesos dentales de tipo periapical aparecen como resultado de caries dentales no tratadas, una lesión o un arreglo dental anterior.

Los abscesos gingivales, en cambio, suelen deberse a lesiones o alimentos que quedan atrapados entre los dientes y las encías y causan una infección. En el caso de los abscesos periodontales, estos son más comunes en las personas con enfermedad periodontal.

El dolor de muela intenso y persistente es el principal síntoma de los abscesos dentales. Este incluso puede extenderse hasta la mandíbula, el cuello o la oreja. 

Esta afección debe tratarse siempre. En concreto, el odontólogo debe drenar el pus y abordar la infección. De lo contrario, puede provocar complicaciones graves e incluso potencialmente mortales. 

Cuando un absceso se disemina, puede producir una inflamación severa de los tejidos blandos faciales o cervicales que llegue a comprometer las vías aéreas.

Por este motivo, las personas que presenten una inflamación que aumente rápidamente, les cause problemas para respirar o provoque dificultades para mover o sacar la lengua han de acudir inmediatamente a un centro hospitalario.

También cuando el dolor en los dientes vaya acompañado de un empeoramiento del estado general con fiebre, escalofríos, signos de deshidratación o un estado letárgico. 

 - Otitis. Las infecciones de oído suelen causar un dolor intenso que puede irradiarse hacia la mandíbula, los senos paranasales (los espacios dentro de la nariz) o los dientes. De ahí que el dolor dental pueda ser uno de sus síntomas.

- Sinusitis. La sinusitis hace que los senos paranasales se inflamen e hinchen. Esto interfiere en el drenaje y provoca la acumulación de moco.

Como consecuencia, la sinusitis dificulta la respiración por la nariz, la cara puede sentirse hinchada y puede aparecer presión en el oído y dolor facial, en la cabeza y/o los dientes.

- Lesiones en la mandíbula. Las lesiones en la mandíbula, los maxilares o el musculo temporomaxilar pueden manifestarse también con dolor en los dientes.

De este modo, si se experimenta dolor dental tras una caída, un accidente de tráfico, un golpe en la cabeza o cualquier traumatismo fuerte en la zona hay que buscar asistencia médica. 

Por su parte, la artritis, la artrosis y el bruxismo crónico pueden provocar un trastorno de la articulación temporomandibular que cause esta dolencia.

- Ataque cardíaco. El dolor torácico es el principal síntoma de un ataque al corazón. Sin embargo, algunas veces este dolor puede irradiarse a la mandíbula y a los dientes.

Cabe recordar que no todas las personas que tienen ataques cardíacos tienen los mismos síntomas ni estos se presentan con la misma gravedad. De hecho, algunas únicamente experimentan un dolor leve.

Además, aunque algunos ataques al corazón se producen de repente, muchas personas tienen signos y síntomas de advertencia horas, días o semanas antes. 

Por este motivo, cuando el dolor dental va acompañado de presión o dolor en el pecho, falta de aire, sudor frío, fatiga, náuseas o vómitos hay que acudir a emergencias. 

 

Es importante recordar que la odontalgia no constituye una patología en sí misma, sino que se trata de una señal de alerta que debe atenderse. 

Paralelamente, es fundamental seguir unos hábitos de higiene bucodental adecuados y hacerse controles dentales de forma habitual para que se puedan prevenir las principales afecciones que causan el dolor en los dientes.