Las faringitis en niños son una de las causas más frecuentes de consulta en pediatría.
Es lo que se conoce popularmente como dolor de garganta o anginas. Desde el punto de vista médico, también se emplean los términos faringoamigdalitis o amigdalitis (cuando solo afecta a las amígdalas).
Las faringitis, tanto en niños como en adultos, están provocadas por la inflamación de la parte media de la garganta (ubicada detrás de la boca), generalmente por la infección por parte de algún microorganismo.
Aunque no suelen dar complicaciones graves, pueden causar mucho malestar y problemas como falta de apetito en los niños y molestias al tragar y comer.
Además, ciertos tipos de faringitis requieren de tratamiento antibiótico.
En la faringitis, las causas pueden ser de diferentes tipos:
Las infecciones por virus son las causas más frecuentes de faringitis en niños. Concretamente, se trata de una infección vírica entre el 60 y el 90% de los casos.
Los virus de la gripe y las demás infecciones respiratorias suelen ser los responsables de este tipo de dolor de garganta en niños. Sin embargo, también puede deberse a otros procesos víricos como la varicela y la mononucleosis.
En estos casos, la faringitis o amigdalitis aguda se resolverá espontáneamente al cabo de unos 5 o 7 días.
Cabe tener presente que el dolor de garganta es un síntoma habitual de las principales infecciones recurrentes en niños.
De este modo, pueden darse diferentes episodios de faringitis en niños en un periodo corto de tiempo. Sobre todo, en los meses más fríos.
Por su parte, las faringitis o amigdalitis bacterianas en niños están causadas, tal como indica su nombre, por una bacteria.
En la gran mayoría de casos, se trata del estreptococo del grupo A (streptococcus pyogenes). De ahí que se conozca también como faringitis estreptocócica.
Esta infección por estreptococo en niños suele provocar síntomas más severos y requiere de tratamiento antibiótico.
La faringitis bacteriana suele afectar a los pequeños de entre 5 a 15 años.
Este tipo de faringitis en niños es mucho menos común y la causa suele ser una candidiasis oral.
Es decir, un sobrecrecimiento del hongo Candida albicans que se acumula en las mucosas de la boca y la garganta.
Las alergias y sustancias irritantes en el ambiente pueden ser otra causa de faringitis en niños.
En estos casos, suele ir asociada a una rinitis alérgica.
Otra posible causa de dolor de garganta en niños es la presencia de un cuerpo extraño, como una espina, o bien por un traumatismo con un objeto lo suficientemente largo como para alcanzar la zona de las amígdalas y la garganta. Por ejemplo, un lápiz.
En la faringitis o la amigdalitis, los síntomas pueden variar en función de la causa, pero el dolor de garganta es el principal.
Este puede tener distintas intensidades y ser continuo o que solo se produzca al tragar.
Más allá del dolor de garganta, los síntomas de faringoamigdalitis pueden incluir los siguientes:
La diferencia entre amigdalitis viral y bacteriana o faringitis en niños está sobre todo en la causa que la provoca y, por tanto, el tipo de tratamiento que requerirá.
Sin embargo, también los síntomas pueden ser distintos.
Por lo general, la infección por estreptococos en niños no suele acompañarse de congestión nasal, tos u otros síntomas de infecciones respiratorias.
En la faringitis estreptocócica, el principal malestar es el dolor de garganta severo, así como al tragar saliva e ingerir líquidos y alimentos.
En caso de estreptococo positivo en niños, los síntomas suelen ser mucho más intensos, hay fiebre alta, y produce una mayor alteración del estado general.
En las faringitis o amigdalitis víricas, en cambio, los pequeños suelen mantener una actividad relativamente normal.
La mayoría de las faringitis en niños están causadas por un virus y se curarán por sí solas al cabo de pocos días.
Otra diferencia entre faringitis viral o bacteriana es la aparición de una erupción generalizada en la piel, la cual es mucho más frecuente en esta última.
Finalmente, las faringitis en niños de tipo bacteriano no suelen afectar a los menores de 3 años.
Aunque la presencia de placas en la garganta se suela asociar a una amigdalitis por estreptococo, estas pueden aparecer tanto en las faringitis bacterianas como víricas.
No obstante, las anginas con pus son características de las de tipo bacteriano.
La mayoría de las faringitis en bebés están provocadas por un virus, ya que las infecciones por estreptococo en niños menores de 3 años son excepcionales.
El sobrecrecimiento del hongo cándida (candidiasis oral) también puede provocar dolor de garganta en lactantes y es otra causa posible de faringitis en bebés.
En este caso, además de las lesiones blancas distintivas que aparecen en la boca, los pequeños pueden tener problemas para alimentarse o estar molestos e irritables.
En las faringitis víricas o las infecciones por estreptococo en niños, el contagio es difícil de prevenir.
Este se produce a través de la vía respiratoria, los besos o la respiración próxima entre personas. También por contacto con las manos después de tocar un objeto contaminado.
Aunque sea complicado, hay ciertos consejos para prevenir las infecciones respiratorias en los niños que se deberían tratar de seguir.
Cómo curar la faringitis en niños dependerá de cuál sea su origen.
El tratamiento para las anginas o el dolor de garganta de tipo vírico será únicamente analgésico para reducir los síntomas. Por lo general, con paracetamol o ibuprofeno.
Además, este tipo de amigdalitis y faringitis se cura por sí sola al cabo de pocos días.
En caso de que se sospeche de una infección por estreptococo, se realizará una prueba para confirmar la presencia de esta bacteria.
De ser positivo, se pautarán también antibióticos al niño. Generalmente, penicilina o amoxicilina durante 7-10 días.
Si hubiera intolerancia oral por vómitos o el pequeño no quisiera tomar la medicación, se podría administrar también una inyección de penicilina.
Un tratamiento natural para la faringitis en niños son las pastillas para chupar.
Estas suelen estar elaboradas con plantas medicinales que contribuyen al bienestar de las vías respiratorias, como por ejemplo el tomillo.
Esta planta en concreto tiene propiedades antisépticas y antibacterianas, por lo que ha sido usada tradicionalmente para aliviar y suavizar la irritación de garganta.
También son componentes habituales la miel y el limón, los cuales siguen siendo uno de los remedios caseros más populares para calmar el dolor de garganta.
Otro ingrediente que puede encontrarse en estas pastillas para chupar para niños es el ácido hialurónico. Esta sustancia forma una película protectora, regeneradora y calmante sobre las amígdalas y toda la zona orofaríngea.
Paralelamente, es importante realizar reposo y fomentar la ingesta de líquidos y una buena alimentación.
En ese sentido, ciertos alimentos pueden actuar como remedios naturales para favorecer la recuperación de la faringitis en niños.
Entre ellos, la miel, los alimentos ricos en vitamina A (zanahoria, brócoli, espinacas, boniato, etc.), vitamina C (kiwi, fresas, cítricos, tomates, etc.) y omega-3 (pescado azul, aguacate, nueces, semillas, etc.) y las manzanas.
Todos estos alimentos tienen efectos antimicrobianos, antiinflamatorios, emolientes para la mucosa de la garganta, o bien ayudan al organismo en su defensa ante agentes infecciosos.
Aunque no es peligrosa la operación de amígdalas en niños, actualmente la amigdalectomía solo se realiza en casos excepcionales.
Además, en caso de que esté indicada, las amígdalas no se quitan por completo, solo se les reduce un poco el tamaño.
Autor: Laboratorios Viñas, departamento científico.
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