Cuidado de la piel
El amplio Vademécum de Laboratorios Viñas da respuesta a necesidades muy diversas en el cuidado de la piel.
Laboratorios Viñas: vocación dermatológica
Laboratorios Viñas ha desarrollado desde su fundación en 1911 su vocación dermatológica, y hoy puede considerarse una empresa de referencia en la investigación desarrollo y comercialización de productos para el cuidado de la piel.
La excelencia galénica, la aceptabilidad, la eficacia y la seguridad de sus formulaciones de aplicación en la piel, ha llevado a Laboratorios Viñas a liderar el mercado nacional con diversas referencias.
Cicatrización de heridas y quemaduras
Cuando se produce algún tipo de lesión cutánea, ya sea una herida, quemadura o cirugía, se inicia el proceso de cicatrización, que tiene como objetivo restaurar la integridad de los tejidos. Es importante conocer los pasos a seguir para favorecer la cicatrización en función del tipo de herida. En determinadas ocasiones, la piel requiere la aplicación de productos que ayuden a la regeneración de los tejidos y faciliten la cicatrización.
Acné
El acné es una de las enfermedades dermatológicas más comunes. En general, se inicia al llegar a la adolescencia, y afecta por igual tanto a hombres como a mujeres con intensidad variable. Suele desaparecer de forma espontánea a partir de los 20 años, pero puede persistir durante bastantes más.
Se estima que el acné afecta al 85 % de la población adolescente. Aparece principalmente en la cara, a veces también en el tronco, la espalda y en los hombros, zonas en las que el número de glándulas sebáceas es elevado. Las lesiones típicas del acné tienen lugar en el folículo pilosebáceo: se inicia con comedones, cerrados o abiertos (espinillas), que pueden evolucionar a pápulas y pústulas (granos), nódulos y, en los casos más severos, a quistes.
Dichas lesiones pueden tratarse de forma tópica, oral o quirúrgica en función de la gravedad, valorada por la presencia de cicatrices, y los efectos psicológicos que puedan producir.
Rosácea
En ocasiones, la piel de la cara requiere cuidados específicos, como en el caso de la rosácea, enfermedad inflamatoria crónica que se caracteriza por un enrojecimiento facial.
Piel Seca
La piel seca acostumbra a ser una piel fina y frágil, que se irrita y se inflama con facilidad y es especialmente frecuente en niños menores de 10 años y en adultos mayores de 60. La piel tiende a sufrir de sequedad cutánea cuando las temperaturas y la humedad bajan.
Cuando la piel seca necesita un plus de hidratación presenta síntomas como la sensación de tirantez en rostro y cuerpo, picor o ardor, enrojecimiento, inflamación, textura áspera y rugosa, descamación e incluso grietas y fisuras. Las partes de cuerpo más afectadas son el rostro, especialmente el contorno del ojo, los labios y las manos.
Piel Madura
En general, la piel madura tiene disminuida su capacidad funcional dejándola más expuesta a los factores ambientales. Con el paso del tiempo, la piel se vuelve más fina, seca y frágil, pierde elasticidad y turgencia y cicatriza con mayor dificultad, aparecen arrugar y alteraciones en la pigmentación.
Para compensar todas estas carencias y mejorar el estado de salud de la piel madura, es necesario mantener una rutina diaria de cuidado facial que incorpore limpiadores suaves, cosméticos altamente hidratantes y reparadores, sin olvidar una adecuada protección solar y unos hábitos de vida saludables.
Picor en el cuero cabelludo
El picor en el cuero cabelludo es un motivo de consulta dermatológica frecuente. Concretamente, se estima que más del 44% de la población lo sufre.
Esta sensación de picor y escozor puede ir asociada a patologías de origen dermatológico, como la psoriasis, la dermatitis seborreica, el liquen plano o la dermatitis de contacto, entre otras. En estos casos, es habitual que el prurito vaya acompañado de otros síntomas como caspa, descamación, piel seca, eccemas, enrojecimiento, cabello graso, pérdida de pelo u otras lesiones cutáneas en el cuero cabelludo, el rostro y/o el cuerpo.
Hiperqueratosis
La hiperqueratosis es un engrosamiento de la capa córnea generado por un aumento de la velocidad de producción de las células de la piel o por una disminución de la celeridad de su eliminación.
Infecciones cutáneas
La piel constituye la principal barrera de defensa del organismo frente a la invasión y crecimiento de agentes infecciosos externos. Como resultado de esas agresiones, se rompe su equilibrio y se producen infecciones cutáneas. En función de los agentes infecciosos, estas infecciones pueden clasificarse en bacterianas (como el impétigo y la foliculitis), fúngicas (como la tiña y la candidiasis) o víricas (como los herpes y las verrugas). La casi totalidad de las personas las padecen en algún momento de su vida.
Hiperpigmentación
Nuestra piel contiene células que producen la pigmentación llamadas melanocitos, cargadas con melanina, la sustancia que produce el pigmento o color de la piel. La aparición de manchas se debe a una alteración perceptible de la pigmentación de la piel, conocida como hiperpigmentación.
Hipersudoración
Cuando el sudor es excesivo, más allá del necesario para la termo-regulación o hay una respuesta exagerada a los estímulos, se considera que existe una hipersudoración.