Molusco contagioso
La piel constituye la principal barrera de defensa del organismo frente a la invasión y crecimiento de agentes infecciosos externos a los que estamos expuestos a diario. Tener una piel con esta función barrera alterada, como ocurre en la dermatitis atópica, o presentar un estado inmunológico inmaduro, como puede suceder en los bebés y los niños, son factores que facilitan la entrada y colonización de agentes infecciosos, como ocurre con el virus del Molusco Contagioso (Molluscum contagiosum).
¿Qué es el molusco contagioso?
El molusco contagioso es una infección cutánea de origen viral, causa frecuente de consulta en Pediatría de Atención Primaria y de Dermatología. El agente causal es un virus de la familia de los poxvirus: Molluscum contagiosum.
Aunque es más frecuente en niños, el molusco contagioso puede afectar también a los adultos, en particular a quienes tienen el sistema inmunitario debilitado.
¿Cómo se manifiesta el molusco contagioso?
El molusco contagioso presenta un período de incubación de entre 2 y 8 semanas. Sus lesiones, normalmente asintomáticas o con un ligero prurito y de número muy variable, consisten en unas pápulas lisas cupuliformes con tendencia a una depresión central, de 1 a 5 mm de diámetro.
¿Dónde se localizan las lesiones?
Las lesiones producidas por el molusco contagioso pueden localizarse en cualquier parte del cuerpo y generalmente se agrupan en un área específica, pero también pueden estar diseminadas. En los niños, suelen situarse en la cara, el tronco y en las extremidades.
La distribución de las lesiones está influida por determinados factores, como el tipo de infección, la ropa utilizada y el clima. En zonas templadas es más frecuente la afectación en el cuello, el tronco y alrededor de las axilas. En cambio, en climas tropicales las lesiones suelen localizarse en las extremidades y la cara.
¿Qué complicaciones conlleva el molusco contagioso?
Las lesiones provocadas por el molusco contagioso pueden sufrir fenómenos de inflamación y eccematización, sobre todo cuando se localizan en las flexuras (pliegues) y el niño padece de dermatitis atópica.
Aunque puede ser autolimitada y permanecer sin cambios durante meses o años, es una enfermedad muy contagiosa (a través de piscinas, objetos compartidos –esponjas, toallas, etc.-, y contacto directo piel con piel). Los niños menores de 5 años son los más frecuentemente afectados y puede llegar a producir epidemias escolares.
Es muy importante realizar una buena higiene (mantener las zonas afectadas limpias y secas) y evitar el rascado de las lesiones para prevenir su diseminación y posibles sobreinfecciones secundarias bacterianas y fúngicas, además de favorecer la curación de esta piel dañada.
Consejos para tratar la aparición del molusco contagioso
Seguir estos consejos puede ser de utilidad para reducir y tratar el número de moluscos en los niños:
- Evitar el rascado. Al tratarse de una infección cutánea muy contagiosa, es fácilmente transmisible por el contacto de piel con piel. Por eso, hay que evitar que los niños toquen, rasquen o froten las lesiones. De hacerlo, pueden aparecer nuevas erupciones o propagar el virus a otras partes del cuerpo.
- Tener cuidado con los objetos infectados. El molusco contagioso también se puede contagiar a través de toallas, ropa u objetos contaminados. El uso de flotadores u otros juguetes infectados en piscinas son el motivo de contagio, y no el contacto con el agua como se tiende a creer.
- No tocar las pápulas. Evitar reventar o eliminar las lesiones con las manos u otros objetos, ya que esto podría diseminar la infección.
- Acudir al dermatólogo o al pediatra. En la mayoría de los casos, los moluscos contagiosos son una infección leve que no entraña ningún riesgo para la salud y que desaparece por sí sola al cabo de unos meses. No obstante, es necesario acudir al dermatólogo o al pediatra para que nos indique el tratamiento más adecuado en cada caso.
- Seguir minuciosamente el tratamiento. Si existen muchas lesiones, no es necesario eliminarlas todas a la vez. El tratamiento para el molusco contagioso puede espaciarse en el tiempo, adaptándose a las necesidades de cada caso.