5 consejos para la sequedad vaginal en el embarazo y postparto

La sequedad vaginal en el embarazo es común y se debe a los cambios hormonales que se producen durante la gestación y que pueden alterar el pH de la vulva y la vagina. Concretamente, las fluctuaciones en los niveles de estrógenos y progesterona.

Estas alteraciones hormonales también son las responsables de otros síntomas como la tensión o el dolor mamario que puede aparecer sobre todo al principio del embarazo.

En ocasiones, ya se experimenta sequedad antes de la primera falta y la ausencia de flujo se mantiene durante todo el embarazo; mientras que, en otras, la resequedad vaginal aparece de forma puntual o intermitente. 

Esta falta de lubricación natural puede ser muy molesta y desencadenar una vulvovaginitis. 

Los principales síntomas de sequedad vaginal en el embarazo son el dolor en la vulva y la vagina, la sensación de vagina seca y sin flujo, el picor, la irritación y el dolor en las relaciones sexuales (dispareunia).

Ante el dolor vaginal en el embarazo, lo más probable es que efectivamente se trate de un problema de sequedad. Aún así, debe consultarse siempre con la matrona o el ginecólogo.

Lo mismo en el caso de experimentar picores vaginales en el embarazo.

De nuevo, es muy posible que se trate de una consecuencia de la falta de lubricación femenina. Sin embargo, el prurito en la vulva y la vagina también puede ser síntoma de infecciones bacterianas o por hongos (como, por ejemplo, la candidiasis en el embarazo).

Así pues, el picor vaginal durante la gestación debe valorarse siempre, sobre todo si va acompañado de cambios en el flujo u otros síntomas.

También es fundamental descartar una cistitis, ya que a veces puede presentarse con dolor y sequedad vulvar.  

En otras ocasiones, ocurre todo lo contrario y el flujo vaginal aumenta durante el embarazo, pudiendo ser algo totalmente normal.  

El dolor vulvar postparto

Más allá del embarazo, muchas mujeres experimentan dolor vulvar en el postparto y problemas de sequedad vaginal.

Tras el alumbramiento, la liberación de oxitocina y prolactina hace que se reduzca la secreción de estrógenos.

Esta bajada tan importante en esta hormona es lo que suele causar la sequedad vaginal y el dolor vulvar posparto.

Las mujeres sienten la vagina seca y tirante, e incluso puede haber irritación y picor.

Esta sequedad vaginal en el postparto, además, dificulta o impide las relaciones sexuales e incrementa el riesgo de infecciones.

Hay que tener en cuenta que es posible que también se haya producido un trauma en la zona del periné tras el parto (un desgarro o una episiotomía) y esto también esté causando dolor y molestias.

Al mismo tiempo, el agotamiento, la falta de sueño y el estrés propio de los primeros días pueden agravar los síntomas de sequedad vaginal.

En caso de que se opte por lactancia artificial, las hormonas poco a poco irán recuperando sus valores normales y esto puede hacer que mejoren progresivamente los síntomas de dolor vulvar, sequedad y picores.

Por el contrario, si se opta por amamantar al bebé, los niveles de prolactina se mantendrán elevados y los estrógenos bajos.

Esto puede hacer que la sequedad vaginal en la lactancia se prolongue y los tejidos de la vagina se vuelvan más finos, menos elásticos y mucho más frágiles.

Cuando esto ocurre, aparece lo que se conoce como atrofia vaginal posparto.

De ser así, hay medidas efectivas para minimizar las molestias que provoca.  

Cómo combatir la sequedad vaginal en el embarazo y el postparto

Ante la sequedad vaginal en el embarazo y el postparto, estos son los cinco pasos a seguir:

1. Identificar la causa de sequedad vaginal

La sequedad vaginal en el embarazo suele ser normal y estar causada únicamente por los cambios hormonales propios de la gestación.

Sin embargo, como las molestias que acompañan la sequedad vaginal (picor, cambios en el flujo, etc.) pueden ser síntoma de otros problemas, hay que consultarlo siempre con la matrona o el ginecólogo.

Lo mismo en el caso de dolor vulvar en el posparto u otro tipo de malestar en los genitales.  

2. Realizar una higiene íntima suave.

El uso de jabones demasiado agresivos en la zona genital puede provocar sequedad vaginal en el embarazo.

En general, lavar el área únicamente con agua durante la ducha debería ser suficiente.

Durante el posparto, sí que puede recomendarse la utilización de un jabón suave y con propiedades calmantes específico para la higiene íntima.

Tras la ducha, hay que secar bien la vulva y la vagina con pequeños toques, sin frotar la toalla. Es importante que la zona no quede húmeda.

3. Utilizar cremas para la sequedad vaginal.

Las cremas hidratantes íntimas imitan la consistencia y el efecto del moco cervical y tienen una capacidad calmante, regenerante y lubricante. Su ingrediente principal suele ser el ácido hialurónico.

Son una opción segura para utilizar cuando hay sequedad vaginal en el embarazo y también para facilitar las relaciones sexuales en caso de dispareunia.

Estas cremas para la sequedad vaginal también pueden usarse para realizar masajes en el periné en las últimas semanas del embarazo.

Estos masajes han demostrado mejorar la elasticidad de la zona y disminuir el riesgo y las complicaciones derivadas tanto del desgarro espontáneo, como de la episiotomía. Sobre todo, en aquellas mujeres que van a ser madres primerizas.

Estas cremas también se pueden utilizar para la sequedad vaginal en la lactancia y el postparto en general.

De hecho, el uso de geles hidratantes y regeneradores con ingredientes como el ácido hialurónico ha demostrado que mejora la cicatrización y reduce el dolor y otras molestias en la zona.

También incrementa considerablemente la satisfacción de las mujeres con el aspecto y la evolución de su cicatriz.

En el caso de sufrir vulvovaginitis en el embarazo o lesiones posparto húmedas (un desgarro o una episiotomía que se abre o presenta problemas de cicatrización), se pueden aplicar otro tipo de productos.

Estos suelen incluir ingredientes como los sulfatos de zinc, cobre y alumínico-potásico, ya que ejercen una acción secante y astringente que elimina el exudado de las lesiones.

4. Tener un buen cuidado de la zona genital

Para minimizar la sequedad vaginal en el embarazo y el posparto, es importante tener un buen cuidado del área genital. También para prevenir infecciones y otro tipo de complicaciones.

Esto implica mantener la zona íntima limpia y seca, con los cambios de la ropa interior que sean necesarios.

Es fundamental que la ropa interior sea de algodón, evitando los materiales sintéticos.

En caso de tener que utilizar protectores íntimos (por exceso de flujo durante el embarazo) o compresas (por las pérdidas o loquios posparto), estos deben cambiarse con frecuencia. Durante el puerperio inmediato, no deben usarse tampones.

También es preferible vestir prendas cómodas y poco ajustadas y evitar la depilación o rasurado en la zona genital.

5. Prevenir los factores de riesgo

El estrés y la ansiedad pueden favorecer o agravar la sequedad vaginal en el embarazo y el postparto.

Esto se debe a que aumentan el cortisol en sangre, produciendo un desequilibrio en la secreción de ciertas hormonas. Entre ellas, los estrógenos.

Mejorar el descanso – en la medida de lo posible – e implementar métodos de autocuidado son fundamentales en ambas etapas.

Mantener una buena hidratación y nutrición durante la lactancia también es clave para la salud y el bienestar general tanto de la madre como del bebé.

Paralelamente, la actividad sexual regular tiene un efecto positivo en los tejidos de la vulva y la vagina.

Por el contrario, el tabaco interfiere en la liberación de estrógenos y, en consecuencia, puede disminuir la lubricación vaginal. Un efecto similar se asocia al consumo de alcohol y marihuana.

Ninguna de estas sustancias debe consumirse durante el embarazo y pueden implicar importantes riesgos en la lactancia.