Estimulante del apetito
Un estimulante del apetito es un medicamento que aumenta la sensación de hambre de una persona.
Aunque muchos consideran que un aumento en el apetito es negativo, algunas personas pueden necesitar estimular su deseo de comer.
Ciertas afecciones, como el cáncer, las afecciones psicológicas y el envejecimiento, pueden provocar una pérdida de peso involuntaria debido a la disminución del apetito. Perder demasiado peso puede afectar la calidad de vida de una persona y aumentar el riesgo de sufrir enfermedades.
La pérdida de apetito
La anorexia, pérdida del apetito o inapetencia se manifiesta por la falta de interés o incluso rechazo del alimento que se repite de forma continua a las horas de la comida, y es más frecuente en las edades extremas de la vida: infancia y vejez.
Una alimentación adecuada garantiza un normal desarrollo y mantenimiento del organismo, a la vez que proporciona reservas para situaciones tales como enfermedades agudas (gripe, faringitis, ...) y crónicas (depresión, cáncer, ...) donde usualmente disminuye el apetito.
La falta de apetito en la infancia
La falta de apetito o anorexia infantil es uno de los problemas que se presentan con más frecuencia en las consultas de pediatría.
Se trata de un síntoma común en enfermedades agudas como infecciones (catarros, otitis, gastroenteritis, procesos gripales,...). También en procesos banales o cuando hay cambios en la rutina habitual (viajes, inicio de guardería, nacimiento de un hermano, destete, nuevos alimentos).
En estos casos la inapetencia suele ser pasajera. Dura pocos días o semanas, hasta que se resuelva lo que lo desencadena. Aunque si la enfermedad es grave o crónica puede mantenerse hasta que no se logre un control o tratamiento adecuado de la misma.
Por otro lado, existen los casos de “niños mal comedores”, que los padres viven con angustia y temor. La hora de las comidas puede llegar a suponer un gran sufrimiento tanto para los niños como para los padres.
El miedo de los padres surge de la idea de que al comer poco pueden llegar a tener carencias y que esto les impida un correcto crecimiento, pero en la mayoría de los casos se trata de niños sanos, con poco apetito, pero con un desarrollo adecuado y normal.
Consejos prácticos para tratar la falta de apetito en niños:
Las siguientes recomendaciones de la AEPap (Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria) pueden ser de utilidad para tratar la pérdida de apetito en los niños:
- Es aconsejable adaptarse a las necesidades del niño. Hay que aceptar que existen diferentes apetitos y que estos van a variar a lo largo del tiempo. Lo importante es enseñar a comer bien, no mucho.
- Es bueno tener un ambiente relajado durante las comidas. Comer en familia siempre que se pueda. Es más fácil imitar hábitos y conductas si se sienten cercanas.
- Usar platos y raciones pequeñas que el niño pueda finalizar. Es mejor que tenga la opción de repetir si quiere.
- Si rechaza un alimento, ofrecerlo periódicamente. Es normal que algunos niños al principio no acepten los sabores y texturas nuevas.
- Dejar experimentar, participar, expresar preferencias. Educar y transmitir hábitos saludables.
- Evitar comer entre horas. No sustituir por líquidos (por ejemplo: leche, batidos) o alimentos “fáciles”. El niño tendrá menos apetito a la hora de la comida.
- No hay que distraer al niño para que coma con juegos o la televisión. Marcar un tiempo para las comidas.
- Evitar gritar, amenazar o chantajear con premios o castigos.
- Evitar forzar. Nos puede llevar a una actitud oposicionista. El rechazo hacia la comida y todo lo que tenga que ver con ella puede perpetuarse en el tiempo.
Y siempre es recomendable acudir a los controles periódicos de salud. El pediatra comprobará y vigilará que el crecimiento y el desarrollo del niño sean los correctos.