Consecuencias del uso de las pantallas en la salud ocular

La digitalización de la vida cotidiana, el ocio y el trabajo han provocado que pasemos muchas horas al día frente a pantallas. Esto ha modificado los hábitos visuales, provocando un impacto en la salud ocular y la aparición de síntomas directamente relacionados con el uso de los dispositivos digitales.

Con la irrupción de la Covid-19, el tiempo frente a las pantallas ha incrementado y diferentes estudios han alertado de que los adultos pueden llegar a dedicar más de nueve horas diarias al uso de dispositivos electrónicos.

Por tanto, esta sobreexposición a la luz azul que emiten las pantallas se ha convertido inevitablemente en una consecuencia más de la pandemia y, en concreto, del teletrabajo.

Las principales alteraciones asociadas al uso de dispositivos digitales son el síndrome visual informático, la sequedad ocular, la degeneración macular asociada a la edad y la miopía.

 Paralelamente, tampoco se debe olvidar que el ojo contiene células que tienen un papel clave en la regulación del ciclo sueño-vigilia.

En ese sentido, diferentes estudios han demostrado que la sobreexposición a la luz azul, sobre todo en las últimas horas del día, tiene un impacto negativo en el descanso . Una muestra de ello son los problemas de sueño en los niños que surgieron durante el confinamiento por la Covid-19.

 

Síndrome Visual Informático

 El Síndrome Visual Informático (SVI) es el conjunto de problemas oculares y visuales relacionados con el uso del ordenador, teléfono móvil, tabletas y demás dispositivos digitales.

Se caracteriza por la aparición de síntomas de   fatiga visual tales como tensión, dolor o cansancio ocular, ojos rojos, picor, lagrimeo, sensación de arenilla o cuerpo extraño, pesadez en los párpados, aumento del parpadeo, visión borrosa y/o doble, sensibilidad a la luz y dolor de cabeza.

También puede ir acompañado de rigidez y dolor de hombros, cuello, espalda, brazos, muñeca y manos.

La similitud de síntomas con la fatiga visual ha hecho que el Síndrome Visual Informático también se conozca como fatiga visual digital.

 

Ojo seco 

El ojo seco es una enfermedad multifactorial, pero la evidencia científica ha demostrado que la exposición a las pantallas es un factor influyente en la aparición de síntomas de sequedad ocular.

Estos se caracterizan por sensación de picor, ardor y presencia de arenilla o cuerpo extraño, vista cansada, enrojecimiento, dificultad para abrir los ojos por la mañana y sensibilidad a la luz.

En algunos casos puede provocar un dolor ocular agudo y latente, causado por las ulceraciones corneales, así como pérdida de visión por la disminución de transparencia corneal.

 

Degeneración macular asociada a la edad

La degeneración macular por la edad (DMAE), tal como indica su nombre, tiene al envejecimiento como principal causa.

No obstante, hay múltiples factores de riesgo que se han estudiado y que parecen tener una clara incidencia en esta enfermedad. Entre ellos, los radicales libres.

Estos compuestos conducen a estrés oxidativo y favorecen la degeneración de las células retinianas.

Se ha comprobado que la radiación ultravioleta del sol tiene un impacto dañino sobre la retina.

Por lo que respecta a la luz azul, diferentes estudios han demostrado su potencialidad tóxica frente a las células retinianas. Aún así, todavía no se puede concluir que la luz artificial de las pantallas afecte de forma negativa a la retina porque las investigaciones no recrearon las condiciones reales de los ojos frente a los dispositivos electrónicos.

Los principales síntomas de la degeneración macular por la edad son visión borrosa, distorsiones visuales, la presencia de una mancha negra en el ojo y visión sensible a la luz. 

      

 Miopía

Ciertas investigaciones apuntan a una relación entre la aparición de miopía y el uso creciente de dispositivos digitales.

Una muestra de ello es el incremento de la miopía en los países desarrollados y en vías de desarrollo de todo el mundo a raíz de la digitalización.

Ciertos estudios también apuntan a que hay una mayor incidencia de este problema visual en hijos que en padres debido al mayor impacto del uso de pantallas electrónicas.

En ese sentido, se cree que el mayor número de horas frente a las pantallas y el trabajo en visión próxima que provocan serían el desencadenante de este aumento de casos de miopía.

La miopía provoca una visión borrosa lejana y puede ir acompañada de fatiga visual, dolores de cabeza y la necesidad de entrecerrar los ojos para que los objetos lejanos parezcan más nítidos.

 

Cómo prevenir el daño ocular por el uso de pantallas

Para intentar prevenir el impacto de los dispositivos digitales en la salud ocular es importante seguir una serie de recomendaciones. 

• Corregir cualquier alteración de la visión como la miopía, la hipermetropía, y el astigmatismo. Incluso la no corrección de un astigmatismo bajo puede incrementar los síntomas de fatiga visual digital de forma significativa.

• Reducir el uso de las pantallas lo máximo posible. Más de dos horas al día ya son suficientes para la aparición de molestias propias de la fatiga visual.

• Realizar descansos visuales de cinco o diez minutos cada hora en los que se puede cerrar los ojos o desviar la mirada de izquierda a derecha sin mover la cabeza.

• Utilizar lágrimas artificiales para lubricar los ojos siempre que se sienta incomodidad.

• Ajustar los colores de la pantalla para que sean siempre claros y mates, evitando los reflejos.
• Configurar los caracteres y el tamaño de la fuente para facilitar la legibilidad, así como trabajar con texto negro sobre fondo blanco.
• Aumentar la tasa de refresco de la pantalla (el número de veces que se actualiza la pantalla en cada segundo) y regular el brillo y el contraste.
• Contar con una iluminación ambiental óptima. Una luz defectuosa o excesiva termina provocando cansancio en la vista. En ese sentido, es recomendable colocar el monitor perpendicular a la ventana para evitar deslumbramientos y reflejos.

 

Tampoco hay que leer en el móvil o ver la televisión a oscuras, ya que favorecen la irritación y la sequedad ocular.

• Mantener una distancia adecuada con la pantalla del ordenador. Aproximadamente, un brazo de distancia.

 

En cuanto al televisor, hay que colocarlo al menos a 2 metros de distancia y que permita adoptar una postura lo más perpendicular posible a la misma, mientras que el móvil no debe sujetarse desde cerca.

• Colocar la parte superior de la pantalla del ordenador a la altura de los ojos o un poco por debajo, pero nunca por encima. Si la pantalla está situada en una posición elevada con relación a la dirección de la mirada, el área de exposición de la superficie ocular es mayor y hay una mayor evaporación de la lágrima. Esto favorece la aparición de síntomas de ojo seco.

• Parpadear con frecuencia, ya que un parpadeo adecuado es fundamental para prevenir la sequedad ocular. En condiciones normales, la frecuencia de parpadeo es de unos 12-15 parpadeos por minuto. Sin embargo, varios estudios han demostrado que el parpadeo se reduce significativamente con el uso de pantallas electrónicas y aumenta el número de parpadeos incompletos.

• Utilizar tabletas grandes o pantallas de ordenador para usos prolongados.

• Usar gafas si se va a trabajar en el ordenador durante periodos largos. Las lentes de contacto aumentan la sequedad ocular y la irritación.

• Incorporar a la dieta alimentos ricos en antioxidantes como la luteína, el zinc y flavonoides como los antocianósidos. La luteína se encuentra en el brócoli, las espinacas, los pimientos anaranjados, el kiwi, las uvas y la calabaza. Por su parte, el zinc es un oligoelemento que se obtiene con el consumo de ostras, carne, marisco, legumbres, frutos secos y cereales fortificados. Finalmente, los antocianósidos se encuentran en los arándanos y la grosella negra.

También puede ser recomendable consumir complementos alimenticios específicos para la salud ocular.