Cómo curar las rozaduras en las ingles

Las rozaduras en las ingles son lesiones cutáneas que pueden causar diferentes tipos de molestias.

En los casos más leves, se caracterizan por una irritación de la piel que puede picar o escocer. También pueden molestar al andar, sentarse o realizar diferentes actividades.

Esta irritación se caracteriza por la presencia de pequeñas erupciones o sarpullido ('granitos' rojos), o el enrojecimiento de la zona como si fueran manchas.

Sin embargo, las rozaduras en las ingles a veces pueden causar la aparición de ampollas muy dolorosas.

Además, si la dermis (la capa intermedia de la piel) queda expuesta, las lesiones pueden presentar un aspecto húmedo y exudativo. Es decir, pueden supurar.

De ser así, la piel dañada queda expuesta e incrementa el riesgo de que se infecten por bacterias u hongos. Esto puede complicar su curación, por lo que es importante prevenirlas y tratarlas de forma precoz.

Estas lesiones pueden ir acompañadas también de rozaduras en los muslos.

¿Por qué aparecen las rozaduras en las ingles?

Las rozaduras en las ingles son lesiones comunes por la constante fricción y humedad que hay en la parte interna de los muslos.

Tanto hombres como mujeres pueden sufrirlas, y hay ciertos factores que contribuyen a su aparición.

Calor

Las temperaturas elevadas y la humedad ambiental, sobre todo en verano, hacen que se sude más.

El sudor provoca que la zona de las ingles esté más húmeda y que el roce piel con piel o con la ropa pueda causar escoceduras.

Deporte

Las irritaciones en las ingles son una de las rozaduras del deporte más comunes.

Estas aparecen por el constante roce o fricción de la piel con el tejido del pantalón o las mallas.

A esto hay que sumarle el incremento del sudor en la zona que se produce con la práctica deportiva.

Todo ello hace que los deportistas tengan un mayor riesgo de sufrir rozaduras en las ingles.

No obstante, cualquier tipo de ejercicio físico puede provocarlas.

El roce piel con piel, el sudor y la ropa favorece la aparición de rozaduras en las ingles. Sobre todo, en verano o al practicar deporte

Ropa

Usar ropa demasiado ajustada puede causar rozaduras en las ingles, por el roce constante que ejerce contra la piel.

Al mismo tiempo, la fricción entre los muslos desnudos (por ejemplo, al llevar vestidos y faldas) también favorece su aparición. Esto se debe a que desaparece el tejido que hace de barrera antifricción.

Los calzoncillos tipo slip y la ropa interior femenina muy apretada también pueden favorecer las rozaduras en las ingles.

Sudoración excesiva

El sudor es uno de los factores desencadenantes de las rozaduras en las ingles.

Así pues, la sudoración excesiva (condición conocida como hiperhidrosis) incrementa el riesgo de que aparezcan irritaciones en la zona.

Piel atópica

La dermatitis atópica también puede ser una de las causas de la aparición de rozaduras en las ingles.

En este caso, la barrera natural que protege la piel está alterada, por lo que es más vulnerable a las irritaciones y heridas.

Otros factores

La forma de caminar y el sobrepeso son otros factores que pueden causar irritación en las ingles.

Remedios para evitar las rozaduras en las ingles

Prevenir las rozaduras en las ingles es posible con los siguientes consejos y remedios:

1) Mantener la piel limpia, seca e hidratada

Es importante lavar la piel para eliminar el exceso de sudor y humedad, factores que favorecen la irritación y las infecciones por hongos.

No obstante, la higiene de esta zona debe hacerse con jabones suaves que no alteren la barrera protectora natural de la piel.

Después del baño, hay que asegurarse de que la zona queda bien seca, dando pequeños toques con una toalla. Nunca se debe frotar la piel.

A continuación, se recomienda aplicar una crema hidratante, preferiblemente con ingredientes que restablezcan el manto hidrolipídico de la piel. Es decir, que promuevan su hidratación natural.

Entre ellos, la urea, el ácido láctico, el ácido hialurónico y el escualano.

Estas cremas hidratantes, sin embargo, no deben utilizarse antes de la práctica deportiva con fines preventivos.

Esto se debe a que añadirían humedad a la zona y reblandecerían el área, lo cual es contraproducente para evitar las rozaduras.  

En caso de sudoración excesiva, también puede aplicarse en la zona productos con clorhidrato de aluminio, aptos incluso para zonas y pieles sensibles.

2) Aplicar cremas antirozaduras

Existen productos específicos para proteger la piel y evitar el roce en la parte interior de los muslos.

Son las llamadas cremas antirozaduras y contienen ingredientes específicos para prevenir las irritaciones provocadas por la fricción de la propia piel, la ropa y el sudor.

Estas actúan formando una capa protectora anti-roces en la zona donde se aplican.

Estas cremas antirozaduras ayudan a prevenir las irritaciones en las ingles tanto en la vida diaria como en el deporte.

Generalmente, se trata de fórmulas que contienen ingredientes como el talco, el zinc, y la dimeticona.

El talco absorbe la humedad de la zona y reduce la fricción, mientras que el zinc también es astringente y actúa como protector cutáneo.

Por su parte, la dimeticona es una silicona que forma una película en la superficie de la piel. Esta película suaviza y protege la piel de factores externos como la fricción.

Para la zona de las ingles, optar por un gel antirozaduras puede ser más conveniente, ya se trata de una zona con mayor humedad.

En ese sentido, un gel antifricción es más ligero y no deja residuo graso. Además, no mancha la ropa.

Es importante que las cremas o los geles antirozaduras sean resistentes al agua, la humedad y el sudor.

Tradicionalmente se ha utilizado la vaselina para prevenir la irritación de la piel. Sin embargo, esta ejerce una capa grasa que puede resultar desagradable en esta zona, además de poder manchar la ropa.

3) Usar ropa adecuada

Para prevenir las rozaduras en las ingles, hay que utilizar ropa que no sea ni muy apretada ni muy holgada.

Si la ropa interior o pantalón corto son muy ajustados, se pueden 'clavar' en la piel y favorecer su irritación.

Por el contrario, la ropa muy holgada puede formar pliegues y que estos causen rozaduras.

Es también preferible optar por tejidos sintéticos de secado rápido, sobre todo en el caso de realizar deporte o hacer actividades que impliquen una mayor sudoración.

El algodón, en cambio, tarda mucho en secarse una vez se impregna de sudor y esto puede contribuir a que la zona se irrite.

En cuanto a la ropa interior, la de tipo culotte o los shorts en las mujeres son las mejores opciones para evitar las rozaduras.

En el caso de los hombres, los boxers que se ajustan a la piel suelen ser los más convenientes.

Finalmente, se debería optar, en la medida de lo posible, por ropa con el menor número de costuras. Especialmente, en la parte interior de los muslos.

Cómo tratar la irritación en las ingles 

Si a pesar de las medidas preventivas aparece irritación, este es el paso a paso a seguir para curar las rozaduras en las ingles.

1) Limpiar la piel

Se debe lavar la zona con agua o suero fisiológico si se trata de una lesión superficial limpia. En caso de que se presente suciedad, se puede utilizar un jabón neutro.

Es importante secar bien la piel con una gasa estéril. 

2) Desinfectar la herida

Si la rozadura ha formado una herida abierta, se deben aplicar antisépticos como la clorhexidina o la povidona yodada.

3) Favorecer la cicatrización

Cuando la rozadura en la ingle es superficial, aplicar una crema cicatrizante estimulará la reparación de la piel.

Estas cremas suelen contener ingredientes como Aloe Vera, pantenol o aceite de rosa mosqueta.

En caso de que haya una herida abierta, se recomienda cubrir la lesión con parches de silicona.

Estos apósitos ayudan a mantener la zona en un ambiente húmedo, lo cual es conveniente durante la primera fase de cicatrización de la piel.

Si la herida es exudativa, existen fórmulas astringentes específicas que tienen una acción secante que elimina la supuración. Generalmente, con activos como los sulfatos de zinc, cobre y alumínico-potásico.

Esto es importante para favorecer la curación de las lesiones y prevenir infecciones. Principalmente, bacterianas o por hongos.

En ese sentido, es habitual la presencia de intertrigo en personas con sobrepeso u obesidad. 

Esta condición hace referencia a la inflamación e irritación de los pliegues de la piel, como en las ingles.

Si no se cuida adecuadamente, la piel puede macerarse, agrietarse y presentar lesiones exudativas con un riesgo elevado de sobreinfección. 

Una vez la herida ha cicatrizado, es importante cuidar la cicatriz para prevenir que quede una marca permanente o muy visible.

4) Tratar la infección

En caso de que la herida presente síntomas de infección, es importante que un médico la valore para poder iniciar el tratamiento indicado cuanto antes.

Son signos de infección si hay un cambio en el color o el tamaño de la lesión y esta supura pus. También si la piel de alrededor está roja, hinchada y caliente al tacto.

Otras señales de alarma son un aumento del dolor, el ardor y el picor en la zona de la herida.

Una de las infecciones bacterianas más comunes es el impétigo, el Staphylococcus aureus y los estreptococos del grupo A.

En el caso de las infecciones fúngicas, suele tratarse de lo que se conoce como tiña inguinal.

Esta suele estar causada por el mismo hongo que causa el pie de atleta y se caracteriza porque puede tener forma de anillo.

Es importante evitar los remedios caseros que pueden entorpecer su curación, empeorar los síntomas y causar complicaciones.