Las aftas bucales en niños no suelen revestir gravedad, pero sí pueden ser muy molestas y causar dolor. Sobre todo, cuando las llagas son grandes, múltiples o aparecen de forma recurrente.
En estos casos, es fundamental identificar por qué salen las aftas y así tratar de prevenir nuevos episodios. También, porque algunas veces pueden ser síntoma de alguna patología.
Existen múltiples causas de aftas tanto para los adultos como para los niños. Sin embargo, algunas son especialmente frecuentes entre los más pequeños (por ejemplo, las que tienen un origen vírico), mientras que otras prácticamente solo se observan en adultos (como las llagas causadas por el tabaquismo o el cáncer de piel).
En ese sentido, las causas de aftas bucales en niños más frecuentes son las siguientes:
Los traumatismos y las infecciones víricas son las causas de aftas bucales en niños más comunes.
Como la mayoría de los casos no revisten gravedad, el tratamiento de las aftas bucales tiende a ser únicamente sintomático. Es decir, el objetivo consistirá en aliviar el dolor y acelerar la cicatrización de las heridas.
Esto es especialmente importante cuando hay llagas en las boca de los niños, ya que estas pueden interferir en la alimentación, la ingesta de agua y sus hábitos de higiene dental.
Para ello, lo más indicado son los tratamientos tópicos con ácido hialurónico en gel, spray, pastillas para chupar o enjuagues, según la edad y la localización de las llagas.
Este tipo de productos tienen un efecto protector, reparador, regenerador, analgésico y antiinflamatorio. Además, no tienen contraindicaciones, por lo que se pueden usar siempre que sea necesario y son inocuos en caso de que se ingieran.
Esto último es especialmente importante en el caso de las aftas en la boca en bebés y niños más pequeños.
Los anestésicos locales como la lidocaína viscosa al 2% (fórmula magistral) solo se indicarán en casos determinados y bajo prescripción médica.
Paralelamente, se puede recurrir a fármacos analgésicos si las llagas van acompañadas de otros síntomas como fiebre.
Es importante que el tratamiento de las aftas bucales en niños vaya acompañado de una dieta blanda, de fácil masticación y deglución.
Si aún así no son capaces de alimentarse o ingerir líquidos, es recomendable la ingesta de soluciones de rehidratación oral que aporten azúcares y sales minerales necesarias para el funcionamiento correcto del organismo.
Autor: Laboratorios Viñas, departamento científico.
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