Ojos llorosos y lagrimeo: causas y tratamiento

15 mayo 2023 | Cuidado de los ojos

Ojos llorosos y lagrimeo: causas y tratamiento

Los ojos llorosos son el resultado de un exceso de lágrima en la superficie ocular.

Es un problema molesto y relativamente frecuente, por lo que supone un motivo de visita habitual al oftalmólogo.

La película lagrimal es necesaria para mantener los ojos lubricados, eliminar los alérgenos y protegerlos de los agentes externos.

No obstante, cuando el parpadeo normal no puede drenar adecuadamente las lágrimas, aparece el ojo lloroso o lo que se conoce médicamente como epífora.

Por lo general, el lagrimeo en los ojos suele ir acompañado de otras molestias, tales como exceso de mucosidad, goteo nasal, picor en la nariz,  estornudos, irritación y enrojecimiento ocular, sensación de cuerpo extraño en el ojo y visión borrosa.

En caso de que las lágrimas acumuladas en el lagrimal se infecten, también puede aparecer hinchazón y dolor en el ángulo interno del ojo.

En los ojos llorosos, las causas pueden ser muy variadas e incluso confluir entre ellas.

Dependiendo de cuál sea el origen de este lagrimeo excesivo se deberá seguir uno u otro tratamiento, por lo que hay que acudir al oftalmólogo para que pueda valorarlo.

¿Por qué lloran los ojos?

 Las causas de ojos llorosos son diversas, pero entre las más comunes destacan las siguientes:

  • Obstrucción del lagrimal. El lagrimeo puede aparecer cuando el conducto lagrimal se tapa por alguna razón (infección bacteriana, blefaritis, traumatismos, etc.) e impide el drenaje normal de la lágrima.

    Esto provoca que el fluido se acumule y se desborde hacia el exterior de la superficie ocular.

    Hay dos tipos de obstrucciones: las congénitas y las adquiridas.

    Tener el ojo lloroso en bebés es muy frecuente y suele deberse justamente a una obstrucción del lagrimal de tipo congénito.

    Esta anomalía suele estar presente hasta en un treinta por ciento de los recién nacidos, pero suele resolverse espontáneamente a los pocos meses de vida.

    Los ojos llorosos en personas mayores también son bastante comunes, pero son de tipo adquirido. Es decir, se adquieren por alguna causa concreta como una obstrucción mecánica a cualquier nivel o una limitación de tipo funcional (por ejemplo, una parálisis facial).
  • Conjuntivitis infecciosa. Otra de las causas más comunes de ojos llorosos son las infecciones oculares de tipo bacteriano.

    Se trata de una enfermedad altamente contagiosa y, además de lagrimeo, puede haber secreciones oculares, picor y enrojecimiento de los ojos.
  • Sequedad ocular. El síndrome del ojo seco también puede provocar lagrimeo. Cuando hay poca cantidad de lágrima o esta no cumple con su cometido de forma eficiente, los ojos reaccionan aumentando su producción de forma excesiva.

La obstrucción del lagrimal, la conjuntivitis, la sequedad ocular, la blefaritis, las alergias y la fatiga visual pueden causar ojos llorosos. 

  • Blefaritis. Los ojos llorosos pueden ser un síntoma de inflamación de los párpados. De ser así, el lagrimeo suele ir acompañado de irritación y enrojecimiento palpebral, la aparición de caspa o costras en las pestañas y la sensación de cuerpo extraño al parpadear.

    La blefaritis también puede ocasionar una caída de las pestañas e ir asociada a un tipo de rosácea que afecta principalmente a los ojos.
  • Alergia ocular. Cuando los ojos reaccionan de forma exagerada ante una sustancia (alérgeno), aparece un lagrimeo excesivo y los párpados y el globo ocular se enrojecen, se hinchan y producen ardor y picazón.

    También puede aparecer sensibilidad a la luz (fotofobia) y sensación de cuerpo extraño.

    En el caso de los ojos llorosos por alergia, los alérgenos más frecuentes son el polen, los ácaros del polvo, el pelo de las mascotas o el moho.
  • Fatiga ocular. Hacer un sobreesfuerzo visual es otra posible causa de ojo lloroso y dolor de cabeza.

    Esto puede ocurrir cuando hay que mantener una alta atención visual durante muchas horas (cirujanos, joyeros, etc.), se lee sin hacer pausas (por ejemplo, los estudiantes en épocas de exámenes), se conducen largas distancias (transportistas, taxistas, etc.), hay un exceso de luz o una iluminación insuficiente, o bien cuando los ojos se secan por los sistemas de refrigeración y calefacción.

    No obstante, actualmente esta alteración en la visión es una de las principales consecuencias del uso de las pantallas en la salud ocular.  

    Otras molestias asociadas a la fatiga ocular son la sensación de tensión, dolor o picor en los ojos, pesadez en los párpados, una mayor necesidad de parpadeo, visión borrosa o doble e incluso la aparición de vértigos.
  • Infecciones respiratorias. El picor de nariz, los estornudos y los ojos llorosos pueden ser síntomas de alergias, pero también de infecciones en las vías respiratorias.

    De hecho, las infecciones respiratorias en niños son causa frecuente de molestias oculares como pueden ser la irritación y el exceso de lagrimeo.

    Los resfriados, la gripe y las demás infecciones de las vías respiratorias también pueden provocar la aparición de ojos llorosos en bebés.
  • Problemas de visión. Los defectos de refracción como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia mal corregidos o no diagnosticados pueden ser otra causa de ojo lloroso y visión borrosa.

    Otras señales de alerta que podrían indicar un problema de visión son ver un resplandor o aureola alrededor de luces brillantes, tener que entrecerrar los ojos para poder enfocar, sufrir dolores de cabeza, experimentar fatiga ocular y tener problemas para enfocar al leer o mirar el ordenador.

Otras causas de ojos llorosos menos frecuentes incluyen daños en la córnea, el edema palpebral y las infecciones del saco lagrimal.

También se puede notar el ojo lloroso tras la operación de cataratas por la sequedad ocular que puede provocar temporalmente la intervención.

Ojos llorosos: el tratamiento

La respuesta a cómo solucionar el lagrimeo de los ojos dependerá de la causa que lo esté provocando. Por este motivo es tan importante un adecuado diagnóstico.

Aún así, la mayoría de las veces los ojos llorosos tienen su origen en malos hábitos o afecciones que se pueden prevenir.

  • Los ojos secos por lentillas y una mala manipulación de las lentes de contacto pueden causar sequedad ocular y conjuntivitis bacterianas

 Por ello, deben utilizarse de forma adecuada (respetar el tiempo de uso recomendado, reemplazarlas cuando corresponda, etc.), lavarse siempre las manos para colocarlas, y limpiarlas y desinfectarlas antes y después de utilizarlas.

  • Adoptar hábitos que ayuden a controlar el síndrome del ojo seco es clave para prevenir los ojos llorosos. Entre ellos, evitar los factores desencadenantes (sequedad ambiental, viento, etc.) y usar lágrimas artificiales sin conservantes
  • No se debe frotar los ojos. Tampoco tocarlos con las manos sucias.
  • Hay que proteger los ojos en la práctica deportiva y las actividades laborales en las que haya riesgo de traumatismo ocular.
  • Las piscinas, sobre todo si están muy cloradas, pueden irritar el ojo y causar lagrimeo. Por este motivo, es aconsejable usar gafas de natación para bañarse. 
  • Nunca se deben compartir productos de uso personal para los ojos como cosméticos, maquillaje y lentes de contacto. Incluso las almohadas y las toallas pueden propagar infecciones oculares. 
  • Es fundamental mantener una buena higiene palpebral. Sobre todo, en caso de blefaritis u otras afecciones cutáneas. Esto incluye retirar el maquillaje cada noche antes de ir a dormir.
  • Hay que usar las lentes de contacto o las gafas siempre que se necesiten y tomar medidas para prevenir la fatiga visual.
  • En caso de alergias y ojos llorosos, se debe tratar de evitar la exposición a los alérgenos que las provocan. También el alergólogo puede prescribir un tratamiento preventivo para las alergias.
  • Es recomendable acudir al oftalmólogo una vez al año para revisar la salud ocular en general y valorar si existen problemas de visión.

Estos consejos sobre cómo aliviar los ojos llorosos a veces pueden resultar insuficientes cuando el lagrimeo es constante.

En estos casos, el exceso de lágrima suele deberse a una obstrucción en los canales lagrimales y casi siempre es necesario recurrir a la cirugía.

En ocasiones, se puede intentar primero con otros procedimientos más conservadores como el tratamiento con toxina botulínica en el lagrimal o la intubación de silicona.

Autor: Laboratorios Viñas, departamento científico.

Bibliografía

Redacción. Epífora u ojos llorosos [en línea]. Área Oftalmológica Avanzada. <https://areaoftalmologica.com/oculoplastia/epifora-ojos-llorosos/>

Redacción. Ojo lloroso [en línea]. Instituto de Microcirugía Ocular. <https://www.imo.es/patologias/ojo-lloroso-oculoplastica/>

Díez-Moreno, C., Marqués-Fernández, V. et alt. Abordaje del paciente con patología de la vía lagrimal: indicaciones quirúrgicas [en línea]. Revista ORL, 2021. <https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2444-79862021000200007>

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