Una infección en el ojo puede ser muy molesta, siendo habitual que cause enrojecimiento, picor, dolor ocular y otros síntomas.
No obstante, en la mayoría de los casos suelen ser afecciones benignas, autolimitadas y fácilmente tratables.
Los virus y las bacterias son los principales responsables de las infecciones en los ojos, siendo la conjuntivitis viral la más común.
Aun así, los hongos y los parásitos también pueden causar infecciones oculares.
En los ojos, las infecciones pueden presentarse con diferentes síntomas, siendo los más habituales los siguientes.
Tener los ojos rojos es uno de los síntomas de infección ocular más característicos. A veces también se describe como la aparición de venitas rojas o un derrame en el ojo.
Este se debe a un aumento del flujo sanguíneo y la dilatación de los capilares en los ojos.
Las infecciones oculares también suelen manifestarse con dolor en el ojo y/o ardor. Este puede ser leve o intenso, dependiendo de la causa.
El dolor a veces se describe como pinchazos en el ojo. Aunque este suele ser un síntoma más habitual en los ojos secos y la fatiga visual, también puede aparecer en caso de infección.
El picor es otro síntoma habitual de infección en los ojos. Este puede ser más o menos intenso y concentrarse en una zona concreta o en toda la superficie ocular.
Otra molestia frecuente en las infecciones oculares es tener la sensación de cuerpo extraño. Es decir, como si hubiera algo en el ojo o 'arenilla'.
La secreción ocular es un síntoma habitual de infecciones de los ojos como las conjuntivitis.
En caso de una conjuntivitis bacteriana, la secreción tiende a ser blanca, amarillosa o verdosa. En la conjuntivitis viral, en cambio, la secreción suele ser acuosa o clara.
Por su parte, los orzuelos también pueden drenar pus; mientras que en la blefaritis es habitual que aparezcan costras.
También es usual sentir los ojos pegados al despertar por la acumulación de secreciones durante la noche.
Los ojos llorosos y el lagrimeo son comunes en el caso de conjuntivitis y otras infecciones oculares como la queratitis, la blefaritis o los orzuelos.
El enrojecimiento, el dolor ocular y el picor son síntomas característicos de una infección en el ojo.
La inflamación del ojo y las secreciones como consecuencia de la infección pueden provocar una visión borrosa.
Otro posible síntoma es la sensibilidad a la luz o fotofobia. Es decir, sentir molestias al exponerse a la luz del sol o artificial.
La inflamación de los tejidos del ojo afectado y las estructuras circundantes suele acompañar los demás síntomas de infección ocular. En ese sentido, es habitual que se tengan los párpados hinchados.
Los orzuelos crónicos o recurrentes y las infecciones bacterianas y fúngicas también pueden provocar una caída de las pestañas temporal.
En cuanto a las alergias oculares (conjuntivitis alérgica), estas pueden provocar síntomas similares a las infecciones en los ojos. Sin embargo, no están causadas por microorganismos patógenos y no son contagiosas.
En función de la causa y su localización en el ojo, existen diferentes tipos de infecciones oculares.
La conjuntivitis aparece cuando se infecta la conjuntiva, la membrana delgada y transparente que cubre la superficie interna del párpado y la parte blanca del globo ocular.
Existen dos tipos de conjuntivitis infecciosas: las virales y las bacterianas.
Las conjuntivitis virales son las más frecuentes y suelen estar provocadas por un virus de la familia de los adenovirus.
Puede presentarse solo con molestias oculares o ir acompañada de otros síntomas característicos de infección respiratoria. Suele afectar un solo ojo al inicio.
En la conjuntivitis bacteriana, la causa de la infección ocular es una bacteria, generalmente S. aureus, S. epidermidis, S. pneumoniae y H. influenzae.
Suelen afectar a ambos ojos y son más habituales en personas con alguna alteración de la superficie ocular, ojos secos por lentillas y malposiciones palpebrales. También en caso de inmunodepresión o contar con traumatismos oculares previos.
El orzuelo es un nódulo rojo y doloroso del borde o el interior del párpado, cuya causa es una infección bacteriana. Normalmente está lleno de pus y, al crecer, puede dificultar la visión y la apertura del ojo.
La mayoría de los orzuelos acaba rompiéndose al cabo de unos días, provocando la desaparición de los síntomas.
La blefaritis es la inflamación del borde libre del párpado producida por una infección bacteriana de los folículos pilosos de las pestañas. También puede estar causada por un acúmulo de material graso procedente de las glándulas sebáceas.
En el caso de la blefaritis de tipo infeccioso, las responsables suelen ser bacterias normalmente presentes en la piel, como el estafilococo.
Puede ir asociada a orzuelos de repetición.
La queratitis es la inflamación de la córnea, el tejido transparente con forma de cúpula que recubre la pupila y el iris.
Esta puede estar provocada por una infección por bacterias, virus (herpes simple y herpes zóster), hongos y parásitos.
Normalmente afecta a la parte más externa de la córnea, causando una queratitis superficial.
Sin embargo, a veces puede afectar a capas más profundas, provocando una úlcera. De ser así, puede tener consecuencias importantes para la visión.
La uveítis es la inflamación de la capa media del tejido de la pared ocular (úvea).
Puede estar causada por bacterias (tuberculosis, sífilis, enfermedad por arañazo de gato), virus (herpes zóster) y parásitos (toxoplasmosis).
Sin tratamiento, la uveítis puede causar pérdida de visión.
Otros tipos de infección ocular menos comunes son la dacriocistitis (infección del saco lagrimal), celulitis preseptal (intección de los párpados y la zona periocular), la celulitis orbital (infección en el interior de la órbita) y la endoftalmitis (infección en el interior del ojo).
El tratamiento de las infecciones en el ojo dependerá de las causas que las provoquen.
En el caso de la conjuntivitis y los orzuelos, estas tienden a resolverse por sí solas en días o semanas. De este modo, el tratamiento irá enfocado principalmente a aliviar los síntomas.
Hay otras infecciones oculares, en cambio, que deben tratarse de urgencia para prevenir complicaciones graves.
En ese sentido, hay que buscar atención médica inmediata siempre que haya un dolor ocular intenso o con sensación de 'dolor en el ojo por dentro'.
También si hay una pérdida repentina de visión, ojos muy rojos, secreción, sensibilidad extrema a la luz, mucha inflamación en los párpados, dificultad o dolor al mover el ojo o la aparición brusca de ‘moscas volantes’ (miodesopsias).
Del mismo modo, hay que acudir al médico de urgencia si hay síntomas de infección con fiebre o se ha producido un traumatismo ocular.
Para el tratamiento de las conjuntivitis bacterianas, los orzuelos y la blefaritis se pueden prescribir antibióticos tópicos en pomada, gotas o colirios para reducir su duración.
En otros casos será necesario el uso de antibióticos (tópicos u orales), antivirales o antifúngicos, según la causa de la infección ocular.
También pueden recomendarse antihistamínicos tópicos para aliviar el picor de ojos, así como analgésicos como paracetamol e ibuprofeno para el dolor.
En casos puntuales de orzuelos o dacriocistitis, puede ser necesario realizar un drenaje del absceso.
Además del tratamiento específico, hay que seguir estas indicaciones para favorecer la curación de los ojos y prevenir complicaciones.
El picor que provocan las infecciones oculares incita a frotarse los ojos con las manos. En otras ocasiones, se trata de un mal hábito.
En cualquier caso, hay que evitar este gesto, ya que podría causar daños y propagar la infección al otro ojo, otras partes de la zona ocular u otras personas.
Se deben lavar las manos con agua y jabón de forma frecuente y, en especial, después de tocarse los ojos o aplicar cualquier tratamiento.
En caso de infección en el ojo, no se deben compartir toallas, almohadas o cualquier otro artículo que pueda haber estado en contacto con los ojos.
También se deberían desechar los productos de maquillaje y pinceles que se hubieran utilizado los días previos a la infección.
La limpieza de los párpados y los ojos con suero fisiológico es útil antes de aplicar un tratamiento. También para retirar las legañas que provocan las conjuntivitis bacterianas o las costras de la blefaritis.
Esto se puede hacer con la ayuda de una gasa estéril.
Tener unos buenos hábitos de higiene ocular ayudará a prevenir infecciones. Para ello, es necesario retirar bien el maquillaje con desmaquillantes para ojos sensibles.
También se pueden utilizar productos específicos para la higiene de los párpados, que ayudan a eliminar la secreción grasa que favorece el crecimiento de bacterias.
Estos se pueden encontrar como toallitas para la limpieza de los párpados u otros formatos como en espuma o gel.
El uso de gotas hidratantes para los ojos o lágrimas artificiales a base de ácido hialurónico puede proporcionar alivio en cuanto al enrojecimiento, el picor y el dolor.
Las lentes de contacto deben dejarse de utilizar por un tiempo. Asimismo, hay que deshacerse de las lentes que se estaban utilizando antes de la infección ocular y reemplazar los accesorios y productos.
La aplicación de frío o calor dependerá del tipo de infección.
En las conjuntivitis bacterianas, aplicar compresas frías puede ayudar a controlar la inflamación y el enrojecimiento.
En caso de orzuelo, en cambio, utilizar compresas calientes puede favorecer que el nódulo drene el pus.
Autor: Laboratorios Viñas, departamento científico.
M., Rodríguez Calvo, M., et alt. Infecciones oftalmológicas [en línea]. Hospital Regional de Málaga. http://www.hospitalregionaldemalaga.es/LinkClick.aspx?fileticket=olfUXn-C7EY%3D&tabid=1116
Giménez, S. Infecciones e inflamaciones palpebrales [en línea]. Farmacia Comunitaria, 2005. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4583423
Redacción. Infecciones oculares frecuentes: tipos y prevención [en línea]. Innova Ocular, 2022. https://www.innovaocular.com/infecciones-oculares-frecuentes-tipos-y-prevencion
Redacción. Infecciones oculares: ¿cuáles son las más comunes? ¿Se pueden prevenir? Vista Sanchez Trancon, 2023. https://vistasancheztrancon.com/infecciones-oculares/
Recibirás la newsletter Consejos de CUIDADOEXPERTO trimestalmente en tu email.
Estás a un sólo paso de completar tu subscripción
Para finalizar el proceso, haz clic en el enlace que te acabamos de enviar a tu correo electrónico para validar tu cuenta.
Si no lo tuvieras en tu bandeja de entrada, comprueba tu bandeja de SPAM o de correo no deseado.
Ha ocurrido un error, por favor inténtelo de nuevo más tarde.
La caída de pestañas puede deberse a causas muy diversas. Aunque la pérdida del pelo puede darse únicamente en los párpados, a veces va acompañada de alopecia en otras partes del cuerpo. La buena noticia es que existen tratamientos y suele ser temporal.
LEER MÁSLa blefaritis provoca la inflamación y el enrojecimiento del párpado, así como otras molestias oculares. A pesar de que se trata de una enfermedad crónica, la correcta higiene de los párpados y los ojos es clave para su prevención y para minimizar el riesgo de complicaciones.
LEER MÁSLa blefaritis es una enfermedad óculo-cutánea que provoca la inflamación y el enrojecimiento de los párpados. A pesar de que puede estar asociada a diferentes causas, seguir una buena higiene ocular a diario es clave para poder prevenir su aparición.
LEER MÁSLas pestañas tienen un importante valor estético, pero no hay que olvidar que su función principal es proteger a los ojos. Es por ello por lo que saber cómo cuidar las pestañas es fundamental para que estas se mantengan saludables y bonitas, además de prevenir posibles afecciones.
LEER MÁSRecibirás la newsletter
Consejos de CUIDADOEXPERTO
trimestralmente en tu email.
Estás a un sólo paso de completar tu subscripción
Para finalizar el proceso, haz clic en el enlace que te acabamos de enviar a tu correo electrónico para validar tu cuenta.
Si no lo tuvieras en tu bandeja de entrada, comprueba tu bandeja de SPAM o de correo no deseado.
Ha ocurrido un error, por favor inténtelo de nuevo más tarde.