La falsa ciática es un tipo de dolor de espalda que afecta a la parte baja de la columna.
Esta lumbalgia va acompañada de síntomas que imitan a la ciática sin serlo. De ahí que reciba el nombre de falsa ciática o pseudociática.
Estos síntomas suelen ser, además del lumbago, dolor en el glúteo y las piernas.
Por ello, es muy habitual que ambas dolencias se confundan.
Conocer las causas y las particularidades de los síntomas de la falsa ciática es clave para poder distinguirlas e iniciar el tratamiento más adecuado en cada caso.
La falsa ciática es como se conoce popularmente al síndrome piramidal.
Este síndrome tiende a aparecer cuando hay una sobrecarga o contractura del músculo piramidal o piriforme.
Se trata de un músculo pequeño, de forma triangular e ubicado en la región glútea. Se origina en el sacro (la parte más baja de la columna vertebral) y se inserta en el fémur.
Sus principales funciones son ayudar en la rotación externa y la abducción de la cadera. Es decir, se necesita para girar las piernas hacia fuera y separarlas del cuerpo hacia los lados.
También juega un papel clave en la estabilización de la pelvis durante el movimiento de las piernas.
Si se sobrecarga el músculo piriforme o piramidal por alguna causa, este comprime el nervio ciático y aparece dolor en el glúteo, la espalda y las extremidades inferiores.
Asimismo, una lesión o ciertas variantes anatómicas del músculo pueden provocar también dolor piramidal.
En la falsa ciática, los síntomas son parecidos a una ciática real.
Más allá del dolor en el glúteo, la espalda baja y las piernas, el síndrome piramidal también suele provocar las siguientes molestias:
La falsa ciática suele imitar los síntomas de la ciática real. Sin embargo, se trata de una afección distinta.
El dolor piramidal o falsa ciática puede aparecer por diferentes motivos, siendo estas las causas más frecuentes:
Practicar deporte en exceso o de alta intensidad puede provocar la aparición de dolor piramidal. Por ejemplo, una carrera de larga distancia, levantar cargas muy pesadas o usar un calzado inadecuado.
Las lesiones musculares en el deporte también pueden hacer que se presente esta dolencia si afectan a la región glútea.
Unos malos hábitos posturales en el trabajo y en las actividades cotidianas también pueden causar el síndrome piramidal. Por ejemplo, pasar mucho tiempo sentado.
De ahí que sea tan importante prevenir el sedentarismo en el trabajo y en general.
Desviaciones o deformaciones de la columna vertebral como la escoliosis o en la pelvis pueden provocar falsa ciática.
También pueden ser causa de síndrome piramidal las dismetrías de las extremidades inferiores y tener las rodillas en valgo, es decir, desviadas hacia dentro y con tendencia a juntarse.
Un golpe fuerte en el glúteo puede causar también la aparición del síndrome piramidal.
Cuando aparece un dolor intenso en la zona lumbar y las extremidades inferiores, es habitual pensar primero en una ciática real.
Principalmente, porque esta dolencia es mucho más conocida y frecuente que el síndrome piramidal.
Sin embargo, las particularidades del dolor que provoca ayudan a distinguir la falsa ciática de la real.
La clave está en el lugar desde donde se origina el dolor.
En el síndrome piriforme, el dolor se concentra en el glúteo, en la zona central. De ahí se irradia hacia la espalda y las piernas, pudiendo llegar hasta la rodilla.
En la ciática, en cambio, el dolor se inicia en la columna lumbar y se propaga hacia las nalgas y los miembros inferiores.
De tratarse de una ciática real, el dolor puede irradiarse hasta los pies mientras que no suele ser así en la falsa ciática.
Otra diferencia con el síndrome piramidal es la causa que hay detrás de la compresión del nervio.
En el caso de la ciática, la causa más frecuente es la presencia de una hernia discal o protrusión (fase inicial de la hernia).
También puede aparecer ciática por un desgaste como consecuencia de la edad o por predisposición genética.
Esta dolencia es, además, especialmente frecuente en personas con osteoartritis y artritis reumatoide, así como en las embarazadas.
En cuanto al síndrome piramidal, la principal causa suele ser una sobrecarga o contractura muscular en este músculo del glúteo.
De ser necesario, más allá de la exploración física por parte de un médico especialista, se puede realizar una resonancia magnética u otras pruebas de imagen para confirmar el diagnóstico.
En el caso del síndrome piramidal, no suelen observarse alteraciones anatómicas, por lo que, generalmente, este tipo de pruebas se hacen para descartar ciática.
Para aliviar el dolor que provoca la falsa ciática es fundamental tratar la contractura, la sobrecarga o la lesión que lo esté provocando.
Para ello, se suele iniciar un tratamiento del síndrome piramidal de forma escalonada. Es decir, primero se empieza con procedimientos más conservadores y, si estos no funcionan, se valoran otros más intervencionistas.
Los fármacos de elección para la falsa ciática son los antiinflamatorios y los relajantes musculares.
El tratamiento con frío y calor para el dolor puede ayudar a aliviar el dolor de la falsa ciática.
La aplicación de frío puede ayudar a disminuir la inflamación localizada, mientras que el calor puede ayudar a relajar la musculatura.
Una de las principales causas de la falsa ciática son las malas posturas, por lo que es fundamental tener una buena higiene postural para prevenir el dolor de espalda.
La fisioterapia para el síndrome piramidal puede incluir diferentes técnicas. Desde un masaje terapéutico profundo hasta ejercicios de estiramientos del músculo, pasando por maniobras de osteopatía.
También pueden estar indicados el tratamiento con ultrasonidos o electroterapia TENS (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea).
Si los tratamientos anteriores no consiguen reducir el dolor en la nalga y los demás síntomas, se suele recurrir a las infiltraciones.
Estas pueden ser de corticoides y analgésicos, ya que consiguen un efecto antiinflamatorio y un alivio inmediato del dolor.
Otra opción son las infiltraciones con toxina botulínica para bloquear temporalmente la actividad nerviosa en los músculos comprimidos.
La cirugía para el dolor piramidal está únicamente reservada para casos que no responden a otros tratamientos.
La intervención quirúrgica para la falsa ciática consiste en la tenotomía (corte total o parcial) del músculo y la liberación del nervio.
Esta cirugía se hace por endoscopia o ecografía guiada.
Hay que acudir siempre al médico de inmediato si aparece un dolor intenso en la espalda, glúteos o piernas de forma repentina que va acompañado de debilidad o adormecimiento.
También si hay dificultad para controlar los pies o caminar y no se pueden controlar la vejiga y los movimientos intestinales.
Autor: Laboratorios Viñas, departamento científico.
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