¿Por qué se caen las uñas?

La caída de las uñas suele provocar sobre todo un malestar estético, pero también afecta a su funcionalidad y puede interferir en las actividades cotidianas, como peinarse o vestirse, e incluso a nivel profesional. 

Pero ¿por qué se caen las uñas? Existen diferentes causas que pueden provocar su caída. Entre ellas, los traumatismos, las infecciones, o ciertas enfermedades de la piel.

En función de cuál sea el origen, la caída de uñas en adultos, niños o bebés puede darse únicamente a nivel distal (en el extremo de la uña) o bien desprenderse completamente desde la parte proximal (el nacimiento de la uña). En el primer caso, se habla de onicolisis y, en el segundo, de onicomadesis.

También puede aparecer únicamente en las uñas de las manos o los pies, o bien que todas ellas se vean afectadas.

Todos estos factores son claves para determinar cuál es la causa de la caída de las uñas y pautar el tratamiento adecuado. 

Causas de la caída de las uñas de los pies y las manos

Las uñas pueden desprenderse por una variedad de patologías locales y sistémicas, o bien tras la exposición a determinadas sustancias o fármacos.

Aunque en muchas ocasiones no se puede determinar exactamente por qué se caen las uñas (causa idiopática), estos suelen ser los motivos más frecuentes: 

• Traumatismos. Los traumatismos digitales son una causa habitual de consulta en urgencias. Suelen afectar sobre todo a niños y adultos jóvenes y, si son lo suficientemente fuertes, pueden provocar una caída de la uña completa.
  
  Por ejemplo, al pillarse los dedos con una puerta o darse un golpe con un martillo.
  
  Sin embargo, lo más habitual es que afecte únicamente a nivel distal o lateral (si hay una sobreposición del segundo dedo sobre el primero).
  
  En las manos, suele tratarse de una caída de la uña por un golpe (traumatismo accidental) o estar relacionada con la profesión.
  
  La caída de las uñas de los pies, en cambio, acostumbra a ser la consecuencia de un daño continuado en la uña y puede considerarse uno de los tipos de rozaduras en el deporte más habituales. Sobre todo, entre corredores, futbolistas, tenistas o bailarinas.
  
  Por su parte, unos zapatos inadecuados también pueden provocar microtraumatismos y que aparezcan uñas partidas que pueden acabar cayéndose. De ahí que sea tan importante utilizar un calzado cómodo.
  
  Finalmente, ciertas patologías del antepié (pies cavos, artropatías degenerativas, etc.) pueden favorecer también las uñas quebradizas.
  
  Es fundamental iniciar un tratamiento adecuado ante el daño o la pérdida completa de la uña como consecuencia de un golpe o accidente. De lo contrario, estos traumatismos pueden generar importantes secuelas estéticas y funcionales difíciles de resolver.

• Infección en las uñas. La piel que rodea las uñas puede infectarse y provocar su caída. Es lo que se conoce médicamente como paroniquias o, popularmente, como uñero.
  
  La causa más habitual suele ser la sobreinfección por bacterias. Habitualmente, Staphylococcus aureus o estreptococos.
  
  Sin embargo, la caída de las uñas también puede deberse a causas virales (panadizo herpético) o fúngicas (paroniquia candidiásica u por otro tipo de hongos).
  
  En la caída de uñas por hongos suele haber factores predisponentes como la exposición prolongada al agua, el uso de detergentes o traumatismos.

• Desnutrición. Las uñas frágiles y la caída del cabello pueden ser un síntoma de falta de hierro (ferropenia).
  
  Así pues, tener unas uñas que se rompen y se caen de forma habitual debe ser motivo de consulta con un profesional de la salud.
  
  Esto es especialmente importante en ciertas etapas vitales, teniendo en cuenta que las necesidades de hierro en la infancia y la adolescencia están aumentadas, así como en el periodo de embarazo y lactancia.
  
  Otros micronutrientes que son fundamentales para la salud de las uñas son las vitaminas A, B6, B12, C y D, la biotina, el zinc, el calcio y diferentes oligoelementos y aminoácidos (como la L-cistina y los derivados de la gelatina).
  
  Cuando la falta de apetito en los niños o las dietas restrictivas provocan carencias nutricionales en la infancia, los pequeños también pueden presentar uñas débiles y quebradizas.

Los traumatismos, las infecciones y las enfermedades de la piel son algunas de las causas de caída de las uñas más habituales. 

• Sustancias irritantes. La exposición a irritantes, alérgenos (formaldehido, metacrilatos, etc.) e incluso al agua pueden debilitar las uñas y provocar su caída.
  
  Esto es habitual en las manicuras permanentes, sobre todo cuando estas no se realizan bajo las condiciones adecuadas.

• Enfermedades de la piel. La psoriasis es una enfermedad de la piel que puede hacer que las uñas se debiliten y se desprendan.
  
  Por su parte, el liquen plano, otra enfermedad cutánea que puede causar hinchazón e irritación en la piel, el cuero cabelludo y el recubrimiento de las mucosas, suele manifestarse también con unas uñas quebradizas, al igual que la alopecia areata, una afección dermatológica de origen autoinmune que provoca la pérdida repentina de pelo en zonas determinadas del cuerpo.
  
  Otras enfermedades raras de la piel, como la epidermólisis bulosa o las queratosis punteadas palmoplantares, también pueden cursar con este síntoma.

• Enfermedades infecciosas. Existen procesos infecciosos que pueden provocar que las uñas de las manos y los pies se desprendan.
  
  En la infancia, se ha observado una relación directa entre la enfermedad de mano-pie-boca y la caída de las uñas.
  
  De hecho, se trata de una causa habitual de onicomadesis en bebés al ser una de las infecciones en la piel más frecuentes en niños pequeños.
  
  Esta caída de las uñas de los pies y/o las manos, sin embargo, no tiene lugar durante la infección aguda, sino que se suele observar en las 4-10 semanas posteriores.
  
  Este hecho suele producir mucha alarma entre los familiares y cuidadores del niño, sobre todo si no se les había advertido previamente.
  
  No obstante, se trata de un proceso totalmente indoloro y transitorio, ya que poco a poco va apareciendo por debajo una uña nueva.
  
  Otras enfermedades infecciosas que podrían provocar la pérdida de las uñas son la fiebre tifoidea, la sífilis y una sepsis. 

• Enfermedades sistemáticas. Otras patologías que pueden provocar el desprendimiento y la caída de las uñas son las alteraciones de la tiroides (tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo), la enfermedad de Kawasaki, la escarlatina, la trombocitopenia, el lupus eritematoso sistémico, la diabetes, las conectivopatías (enfermedades autoinmunes del tejido conectivo) y ciertas alteraciones neurológicas.

• Medicamentos. A veces, el motivo de por qué se caen las uñas se debe al consumo o administración de ciertos fármacos.
  
  Entre los más habituales, los antibióticos (como la penicilina, la cloxacilina y la azitromicina), los retinoides, el litio y los fármacos anticonvulsivantes.
  
  La caída de uñas por quimioterapia es también un posible efecto secundario en el tratamiento para el cáncer. 

• Onicomadesis neonatal. Se han descrito casos de bebés que presentan una caída de las uñas al nacer o a los pocos días.
  
  Aunque las causas no están del todo claras, se cree que este hecho podría estar relacionado con el sufrimiento fetal, o bien con el contagio de la madre, durante el embarazo, de la enfermedad de mano-pie-boca.

• Otras. Otras causas de la caída de las uñas pueden ser el estrés psicológico severo y la terapia agresiva con rayos X.
  
  También se tiene constancia de una variedad familiar idiopática en la que no se detecta causa médica.

Como el aspecto de las uñas puede indicar algún problema o alteración, hay que consultar siempre con un dermatólogo si estas se vuelven quebradizas y/o se caen sin causa aparente.

Paralelamente, es conveniente seguir una serie de cuidados para fortalecer las uñas y evitar esos factores que puedan debilitarlas y favorecer su caída.